Agustín Argüelles Álvarez

Nació el 28 de agosto de 1776 en Ribadesella y murió en Madrid el 26 de marzo de 1844.

Este abogado y político Español tiene una gran biografía que podéis consultar fuera de esta página.

Aquí nos interesa su intervención en la Casa de Campo durante la regencia de Esparteros y siendo tutor de la Reina Isabel II durante el periodo del 19 de marzo de 1841 al 10 de octubre de 1843. Fue precisamente Esparteros el que nombró a Argüelles tutor de la Reina a pesar de haber sido su contrincante para ser regente mientras la reina cumplía la mayoría de edad.

En este periodo de tiempo en la Casa de Campo se realizan una serie de obras, muchas de ellas aún permanecen, que supusieron un claro interés por la explotación agrícola de Argüelles.

De las obras más importantes destaca:

El Puente de los Siete Hermanos

1842. Proyecto de un puente que se piensa construir contiguo a la Plazuela de los Siete Hermanos en la Real posesión de la Casa de Campo, sobre el Arroyo de los MeaquesAGP plano 1.165

La Era

El 1842 se aprueba un presupuesto para empedrar la Era que ya existía. Como dice Argüelles en su informe: “¡Que tanta falta hace!”.

La replantación de nuevas especies de árboles:

Con objeto de proteger de los conejos las nuevas plantas se trae en 1843 las Gleditsia triacanthos para formar unos setos en un terreno por debajo de la Iglesia de la Torrecilla de veinticinco fanegas en él se hace un vivero de robles, castaños, nogales y otros árboles, con la idea de que se críen en los parajes que han de ser plantados en este vivero se emplearon 193.125 reales y 27 maravedies.

Y su más importante obra fue comenzar La Cacera de Meaques, obra que ya existía pero muy deficiente, arruinada y de poca longitud.

Las obras dieron comienzo el 11 de marzo de 1843, el proyecto que se presentó entonces tenía una longitud de 14.123,13 metros y un coste de 285. 839 reales y 25 maravedíes, ya que no sólo se trataba de una obra paralela a las aguas del Arroyo de los Meaques hasta alcanzar la zona de la Torrecilla, sino que la cacera se bifurcaba en sucesivos canales para llegar a los sitios donde se requería agua.