Su nombre lo recibe por estar coronada la fuente por una especie de triángulo, aunque en realidad es una pirámide.

Como su vecina, la Fuente de los Neveros, pertenece a la segunda partida de fuentes que construyó el Ayuntamiento entre 1933-34 . Posee uno de los diseños más originales y diferenciados de los que trazaron Manuel Álvarez Naya y José Lorite Kramer.

Erigida en 1934 alrededor de El Lago durante la II República como integrante de la serie de fuentes de agua de boca iniciada tras la apertura pública del parque a los madrileños en 1931 y que vino a sustituir a unos depósitos de agua que provisionalmente se había colocado en este lugar.

Hecha con materiales reciclados su parte superior de granito está bien trabajada. Posee tres grifos que desaguan sobre una solera hexagonal de piedra de granito recientemente restaurada.

Pocas de las fuentes de ese momento han mantenido como esta los rasgos esenciales de su diseño original donde los autores modernistas, que en las otras fuentes buscaron formas de belleza simple, en esta hacen un guiño a la masonería con esa terminación en forma de pirámide.

Como a todas las fuentes se les ha privado de los embellecedores en forma de rosetón, la mayoría de mármol, de diferentes formas por donde manaba el agua a través de un tubo curvo que hacía la vez de grifo.

Aunque era una fuente conectada al Canal de Isabel II, durante el día se mantenía el caudal abierto y por la noche se cerraba.

Como la Fuente de los Neveros lleva rotulado su nombre y año de construcción en la piedra.

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