Puentes de la Casa de Campo

La Casa de Campo siempre estuvo atravesada por infinidad de Arroyos, es lógico que antes de ser adquirida por Felipe II y sobre todo por Fernando VI, la zona contara ya con algunos de los Puentes que aún hoy se conservan. Este hecho confirma que a veces los Puentes actuales no están situados en el mejor lugar, ya que estaban situados en caminos antiguos con servidumbre. Los más importantes se mantuvieron después de que los terrenos fueran vendidos por sus dueños, ya que estos terrenos estaban atravesados por cañadas y caminos históricos que no eran propiedad de los dueños de esas fincas y tampoco los fueron de los Reyes. Por este motivo los monarcas se vieron obligados a proporcionar vías alternativas. Los Puentes formaban parte de esos caminos y salvo excepciones eran Municipales de ahí que sólo se construyeran los imprescindibles y con materiales lo más económicos posible. Hay que decir que muchos de estos Arroyos, sólo llevaban agua en contadas ocasiones por lo que se buscaba lugares adecuados para cruzarlos y por ahí iban los caminos, tenemos el ejemplo del Paso de los Robles, sobre el Arroyo de Antequina donde un grupo de robles marcaban el lugar por donde debía de cruzarse, hasta que en el siglo XIX se construyó el Puente de la Garrapata. Pero había y hay algunos Arroyos que llevan caudal todo el año, uno de estos Arroyos es el de los Meaques y en él se concentran la mayoría de los Puentes que posee la Casa de Campo. Estos Puentes eran imprescindibles para acceder a los pueblos del norte. Normalmente los caminos que atravesaban la Casa de Campo partían del Puente de Segovia, el actual y su anterior versión aguas más arriba que el de ahora; y el primer obstáculo que se encontraban al girar a la derecha para tomar el Camino de Valladolid y entrar en la Casa de Campo era el Arroyo de los Meaques y aunque fuera de la propia finca ya contaba desde antiguo con un Puente de piedra que los primeros monarcas debían atravesar. Otros Arroyos que requerirán Puentes serán; el de Antequina, Vallipuente, Cobatillas, Valdeza y la Granjilla. Por el carácter estacional de los Arroyos, como dije antes, los Puentes son de poca envergadura y es posible que muchos de ellos fueran de madera, hay información de que en el año 1787 el arquitecto madrileño Juan Pedro Arnal realizó seis Puentes sobre el Arroyo que él llama del Batán pero que se refiere al Arroyo de los Meaques; estos Puentes son de madera, aunque en esa época ya estaban los cinco que había reparado Sabatini y que eran de ladrillo y albardillas de granito como: El Puente de El Batán, Puente del Álamo Negro, Puente de la Agachadiza, Puente de los Neveros y el Puente Estrecho. De estos Puentes sobre el Arroyo de los Meaques hay una excepción, el Puente de la Culebra, construido en ladrillo y granito por Pedro de Ribera y que debe su estrechez a que era utilizado como Puente de conteo de ganado.

Puente del Robledal

Los Puentes antiguos, construidos antes del año 1725 en la Casa de Campo son una fuente de información de la trayectoria de los caminos antes de que se formara la Casa de Campo. El primer Puente que nos deja una información documentada es el Puente de los Neveros que precisamente se empieza a diseñar al comienzo de ese año crucial de 1725, cuando el recién nombrado Príncipe de Asturias futuro Fernando VI, le pide al Corregidor Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre (Marqués de Vadillo) que la Villa de Madrid se encargue de hacer un Puente para el paso del Camino a Húmera y que atravesaba la Casa de Campo. El Marqués de Vadillo le remite el encargo a Pedro de Ribera, y este escribe en su informe: “Habiendo visto y reconocido el sitio y terrenos del Arroyo que pasa por la Casa de Campo sobre que se ha de hacer un Puente para el paso y camino de los lugares de Húmera, Villa Nueva de la Cañada y demás de la Sierra, para el cuál presento la planta y alzado adjunto, siendo su ancho diez y ocho pies, incluso en ellos gruesos de antepechos y el largo de su salida y entrada, arcos y repartimientos de machos según va demostrado, que con expresión para ejecutarla es en esta forma”. Su construcción se llevó a cabo tal como lo proyectó Ribera. Este Puente fue remodelado en 1932 y definitivamente desaparecido en 1968.
Si analizamos la situación de los Puentes que había sobre el Arroyo de los Meaques vemos que en el año 1845, Pascual Madoz ya nos dice que “hay en dicho Arroyo 6 Puentes construidos de sillería y fábrica de ladrillo y mampostería, llamados de la Culebra, Batán, Álamo Negro, Siete Hermanos, Agachadiza y Neveros”. De estos Puentes en la actualidad solo quedan cuatro, si consideramos el de Neveros que está canalizado y el Puente del Álamo Negro desaparecido en 1970. Cuando Madoz habla del Arroyo de Antequina dice los siguiente: “este Arroyo, por ser más corto y no llevar tantas aguas ni aun en los tiempos lluviosos, cuenta solo un Puente llamado de Antequina construido por el camino viejo de Castilla, y un pontoncillo poco más abajo e inmediato a las expresadas Rejas del Suizo, que da paso al de Medianil”. Vemos que en 1845 aún no se había construido el Puente de la Garrapata ya que esta obra de Enrique Repullés y Segarra no se llevaría a cabo hasta 1888. Sin embargo, ha desaparecido el hermoso Puente de Antequina que servía de paso a la Carretera de Castilla. Y como muchos investigadores de la Casa de Campo, obvia el Puente de las Charcas, en el Arroyo de Vallipuente y el de Cobatillas en el Arroyo del mismo nombre, Puentes los dos construidos por el arquitecto Manuel de Molina en 1748. Falta hablar de un Puente, ya desaparecido, el Puente de la Granjilla sobre el Arroyo del mismo nombre construido en 1862 por el maestro mayor José Segundo de Lema y García. Hay contabilizados más o menos 26 Puentes en la Casa de Campo, muchos de ellos son el mismo y otros se construyeron para el acceso a nuevas instalaciones de la Casa de Campo como Parque de Atracciones y Zoo, cuando se construyó este último se derribó definitivamente el Puente del Álamo Negro y fue sustituido por unas pasarelas de hormigón. En estos Puentes hay que incluir los que se construyeron a partir de 1858 para pasar por encima y debajo de la línea del tren del norte, como; el Puente Alto o el Puente de los Nogales, Puente este último parecido a los cuatro que se construyeron para el paso del tren Suburbano. En 2001 se prescindió del Puente por el que el tren suburbano pasaba bajo el Camino de la Venta al soterrar la nueva estación de Casa de Campo a Campamento.
No sabemos con certeza la antigüedad de todos los Puentes de la Casa de Campo ya que es posible que muchos, como el de Segovia, se construyeran próximos a otros derruidos por el tiempo. Lo que sí sabemos es la trayectoria que seguían los caminos históricos y aunque algunos fueron desviados al comprar Felipe II la Casa del Campo de los Vargas en 1561, otros hubieron de mantenerse y esa es la causa por la que a Fernando VI al ampliar la Casa de Campo y cortar los caminos importantes al norte, se le obligó a facilitar el paso por la nueva Casa de Campo que surge a partir de 1725. Cómo si no se iban a construir tantas puertas en la cerca, era para ese paso entre pueblos importantes como los Carabancheles y Aravaca que obligaron en 1758 a abrir la Puerta de la Venta y unos años después a construir el Puente del Álamo Negro. En esta zona que hoy ocupa el Zoológico y que era conocida como Vallipuente, cuyo topónimo hace alusión a un acueducto por el que pasaba una cacera, este lugar servía de paso para cruzar el Arroyo de las Charcas o Vallipuente, como sucedió con el Paso de los Robles, en 1748 se construyó el Puente de las Charcas.
Posteriormente tanto en tiempos de Isabel II como un siglo después con la II República, veremos cómo muchos de estos Puentes se ensanchan, y se hace con restos de materiales reutilizados como los adoquines de las calles. El ensanche más importante se produce en el Puente del Rey o Puente de la República, que quintuplica su anchura, aunque fuera de la Casa de Campo, es un Puente cuyo origen era facilitar el acceso a la familia real a la Casa de Campo, con puertas y un candado que sólo dejaban el paso a los reyes o personal autorizado. Este Puente al ser construido en 1822 por Isidro González Velázquez se le llamó Puente de la Casa de Campo.

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