Es uno de los más bellos parajes de la Casa de Campo por la exclusividad de sus árboles y la función que cada uno de ellos tiene en el ecosistema.

Este entorno se forma en la época de Felipe II cuando compra estos terrenos para construir los estanques, con ello se aseguraba el caudal del Arroyo de los Meaques conocido entonces por Arroyo del Vadillo que desaguaba en los Estanques.

No es casual que para reducir la salinidad del terreno se trajeran taráis a esta zona húmeda. Aún podemos ver las formas que toma el terreno debido a la salinidad.

No es un ecosistema conocido de la Casa de Campo, pero año tras año estos terrenos son anegados por la lluvia y se llenan de juncos en la primavera. Era muy común que los churreros del Barrio del Lucero y del Paseo de Extremadura, vinieran a este lugar a coger juncos para ensartar las porras y los churros.

También era costumbre entre los chavales coger grandes manojos y vendérselos a los churreros. Popularmente a esta planta Scirpus holoschoenus se la conoce como Junco Churrero.

Hemos trabajado en las Tablas de Daimiel y podemos aseguraros que el humedal que se forma en la Casa de Campo en el curso del antiguo Arroyo del Vadillo, salvando distancias, nada tiene que envidiar en belleza al manchego. Hay espectaculares Tarays  tamarix gallica de más de doscientos años. Pero al igual que le sucede a las Tablas no siempre conservan el mismo aspecto debido a la dependencia de las aportaciones de agua.

Estos terrenos nos recuerdan el antiguo cauce del Arroyo del Vadillo un arroyo que fue desviado para evitar entrar directamente a El Lago y ensuciar sus aguas con los detritus. Hubo un tiempo en que el Arroyo de los Meaques en esta zona se le llamaba del Vadillo y fuera de la posesión de la Guadaña. Eran nombres puntuales del mismo arroyo.

Este lugar, entre la Fuente del Príncipe y la Plazuela de Chamberí, era el preferido para pasear de forma oculta, secreta y relajada cuando la Casa de Campo terminaba en la Plazuela de los Siete Hermanos.

Cuenta la Princesa de los Ursinos que aquí enseñó a hablar español a la reina María Luisa Gabriela de Saboya ⁽¹⁾ madre de Fernando VI y primera mujer de Felipe V.

De estas informaciones surgió el nombre que el Príncipe Fernando puso a la Plazuela de Chamberí donde concluían los paseos de su madre a la que no llegó a conocer.

(1) María Luisa Gabriela de Saboya madre de Fernando VI conocida como la Saboyana por ser hija del Duque de Saboya. Sabemos que ella había nacido en Turín pero la tradición familiar ligaba todo su ideario y esplendor a Chamberí capital de la Saboya.