Las COLMENAS en la Casa de Campo

Hay un acontecimiento muy curioso que pone de relieve la importancia que tenían las colmenas en el siglo XVI.

Cuando Felipe II en su deseo de seguir ampliando la Casa de Campo de los Vargas, decide comprar unos terrenos al clérigo Alonso de Vega el 7 de mayo de 1575. Se hace un inventario de la finca donde se especifica que en ella hay: «Tres aranzadas y media de viña y un corral con ciertas colmenas y otras cosas…». La tasación asciende a 60.150 maravedíes. Cuando se hace la entrega el 19 de junio de 1575, se descubre que el clérigo se ha llevado las colmenas. Entonces se exigen su reposición, al no hacerlo se le obliga a una nueva tasación y corrección de las escrituras donde se rebaja el valor de la tasación a 57.900 maravedíes.

Este hecho que pudiera ser anecdótico refleja el valor en que se tenía a las colmenas.

No tenemos referencias documentales de que Felipe II tuviera colmenas en la Casa de Campo. La primera informaciones provienen ya del siglo XX.

Plano de la Casa de Campo de 1929 donde quedan reflejadas las colmenas

Aunque no haya documentación al respecto vemos en este plano de 1929 que hay diez localizaciones de colmenas en la Casa de Campo, eran espacios de 20 x 10 m. en algunos casos dentro de un vallado de ladrillo o alambrada. Lo que indica que la apicultura era una práctica normal en la finca.

Aquí vemos las colmenas del Cementerio en 1920

En 1930 sabemos que la Asociación General de Ganaderos situada en la Casa de Campo da cursos de apicultura.

Leemos en prensa de 1930:

«La Apicultura está dando públicas señales de vida vigorosa y pujante. El indiscutible trabajador Sr. Carralero, con su colmena horizontal, está muy en boga, y «La Moderna Apicultura» S. A., con su colmena «Perfección», de tipo vertical, con modificaciones de la colmena Langstroth de procedencia americana, de construcción tan esmerada, que pasó a ocupar el primer puesto en el mercado, marcando, por decirlo así, una era a partir de la cual habíamos de dejar de ser feudatarios del Extranjero en material apícola moderno. Se había dado el primer paso de positivo valor para el desenvolvimiento de las iniciativas apícolas, en verdadero estado latente hasta aquella fecha; era un factor indispensable para los apicultores incipientes la posibilidad de adquirir en cualquier momento material de calidad en la cantidad que pudiera convenirles, y solamente una organización constructora de posibilidades económicas bastantes para fabricar unos miles de colmenas anuales y tenerlas almacenadas hasta la época oportuna, podía realizarlo, siguiendo el ejemplo de organizaciones semejantes en los Estados Unidos. El ambiente está hecho, el resurgimiento apícola era una realidad; la Asociación General de Ganaderos establece con carácter fijo sus cursos anuales, primera manifestación de enseñanza apícola en España, de los que habían de salir aventajados discípulos que en la actualidad figuran en primera línea».

En este mismo año de 1930:

S. M. el. Rey y S. A. R. el Príncipe de Asturias se han interesado por la Apicultura, y poco después S. M., en detenida visita que hizo a «La Moderna Apicultura», sorprendido de lo que aquello podía representar para la riqueza y cultura patrias, dijo:

«Desconocía la existencia de esta importante fabricación, y como creo que se debe predicar con el ejemplo, deseo me instalen ustedes un millar de colmenas en mis posesiones de El Pardo y Real Casa de Campo, para que sirvan de estímulo, y con los resultados obtenidos poderle decir a mi Gobierno que preste la debida atención a esta importante y lucrativa industria que tantos beneficios puede reportar al pueblo.»

El 12 de mayo de 1930 se inauguraron 50 colmenas en al Casa de Campo, no sabemos si sustituyeron a las que ya había o se aumentaron.

Colmenas en 1932

Con la II República y la entrega de la Casa de Campo al pueblo de Madrid, vemos que se tienen en cuenta las colmenas instaladas en la Casa de Campo.

En el inventario de 1932 de la Casa de Campo se dice:

«Las existentes en la posesión, emplazadas en varios sitios del monte, y los accesorios y material inventariado tienen, según tasación, un valor de 21.972,50 pesetas».

Y se habla así de las colmenas:

«Unidas también al funcionamiento de este parque y valiéndose de los elementos materiales ya existentes en la Casa de Campo (colmenas e instalaciones para la extracción de la miel, moreras, etc.), se podrían establecer enseñanzas de gran importancia económica para el país, tales como las de Apicultura y de Sericicultura».

Ese mismo año se le pone a un camino, antes sin nombre, Camino de las Abejas que partiendo de la Puerta de Enmedio accedía a las Colmenas de la Torrecilla situadas en las faldas del Cerro del Picadero junto al Cementerio.

En marzo de 1934 se adjudican las colmenas de la Casa de Campo por un plazo de cuatro años y un canon de 1500 pesetas anual. Al concesionario de la explotación se le obliga a crear una escuela con orientación industrial.

Acto de entrega de las colmenas 1935

En 1935 se realiza la «ENTREGA AL PATRIMONIO DE LAS COLMENAS DE SU PROPIEDAD EXISTENTES EN LA CASA DE CAMPO».

En la actualidad las únicas colmenas están en el Encinar de la Encina de San Pedro y sirven para enseñar la actividad apícola a los visitantes.

Colmena en un plátano de la Glorieta de las Cubas 2024