Actuación en La Lonja y La Gruta

Retirada de la reja sujeta a los arcos de La Lonja mayo de 1995

En mayo de 1995 el jefe del Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento el “arquitecto” Santiago Romero Gerbolés y por lo tanto responsable de la Casa de Campo desde 1984, autoriza los trabajos de recuperación de La Lonja y Gruta de la Casa de Campo, con un “Proyecto de Consolidación y Restauración Preventiva” que lleva acabo el arquitecto Manuel Manzano Monís.

Esta actuación nos sorprendió, y a la vez nos ayudó a conocer una construcción con más valor del que hasta ese momento (1995) se le había dado y que muchos desconocían.

Fueron tan importantes los descubrimientos que fuimos apuntando en un cuaderno los datos que más nos iban sorprendiendo.

No sabemos si los métodos fueron los correctos

Así lo dejamos apuntado entonces en nuestro cuaderno:

Allí a mano izquierda según se entra por la Puerta de los Carros, frente al ala oeste de la Casa de Campo de los Vargas, entre un cobertizo de uralita y una reja reutilizada que sirve de puerta, está La Lonja. En ella guardan sus herramientas los jardineros y en los días de frío encienden hogueras para calentarse. Nadie sabe que son aquellas bóvedas negras por el hollín que cubre sus cabezas, ni esas hornacinas donde han clavado unas estacas para colgar la ropa. El suelo está lleno de basura, ya que nadie se encarga de retirar los restos de papel o plástico que envolvían el bocadillo o la lata de cerveza ya vacía.

En la mañana del lunes 22 de mayo llegan unos obreros (cuatro), desocupan el interior de La Lonja y se disponen a comenzar una actuación sin el más mínimo conocimiento sobre lo que se actúa.

No saben que se quiere hacer, ni que se debe hacer. Entre ellos comentan que los techos llenos de tizne de La Lonja y La Gruta, se debe a la acción de los soldados franceses, cuando estuvieron alojados en estos parajes, pero son comentarios que ya nosotros habíamos oído a los jardineros.

Os podemos asegurar que eso no es así, José I dio carácter de Palacio Real a la Casa de Campo de los Vargas y dejó bien a las claras que se debían deshabitar las casas que había sobre La Gruta, por motivos de seguridad personal.

Y además: Mandó a Villanueva que rehabilitara la Lonja.

La célebre tormenta de junio de 1995 inundó toda la obra

La realidad es que José I quería privacidad. Dicho esto, sobra decir que allí jamás hubiera dejado entrar a sus tropas y menos hacer fuego en su interior.

La realidad es desoladora, una joya renacentista ocupada por cachivaches y corroída por la humedad y el abandono.

Los obreros retiran la reja y quitan la capa de mortero que va dejando ver una elaborada obra de ladrillo…

Las excavaciones se realizan sin las más mínimas garantías arqueológicas o sin ningún método profesional.

En estos contenedores se tiraron cientos de piezas que eran de gran valor

Si la piqueta derriba más o menos era cuestión de fuerza…

Después viene la actuación de una excavadora, que entrando por la Puerta del Castaño crea una rampa para quitar el terreno que cubre los edificios…

Aspecto de la Gruta de Neptuno en 1995

Cuando las obras están en curso, el día 24 de junio de 1995 descarga una tremenda tormenta sobre Madrid y la Casa de Campo, que cíclicamente soporta estos efectos, sufre daños en puentes, Lago, mobiliario y como no, se inundaron las obras de la Galería de las Burlas y La Gruta, hasta el extremo que hubieron de pasar una semana para acceder a la zona.

Aquí se observa el agua y el nivel del terreno que se excavó en 1995

Deja un comentario