Acueducto de la Madejera

No tener en cuenta los nombres que Google utiliza en su mapa.

VER SITUACIÓN EN Google Maps UTM 30T 435538.58 m E – 4473864.99 m N . Se encuentra al final del Arroyo de la Madejera que bajaba del Cerro de Valderrama antes de desembocar en el Arroyo de los Meaques antes del Puente de Hierro.

Antes se le conocía como el Acueducto de la Zorra por confundir el arroyo que lo atravesaba.

Al saber que el Arroyo de la Madejera era el que verdaderamente cruzaba bajo su único arco se le cambió el nombre.

Cercano a este acueducto hubo en tiempos de Felipe III un lugar donde se hacían madejas de lana, o sea una madejera movida por el arroyo. Con las madejas se hacían posteriormente ropa militar para el ejército. En ese tiempo esta zona de Carabanchel no pertenecía a la Corona.

El acueducto de la Madejera consta de un robusto y amplio arco de ladrillo. Un acueducto sólido que nos indica que este arroyo en ciertas épocas del año poseía un caudal abundante.

El Acueducto es una obra de tiempos de Isabel II. se construyó esta reguera o Cacera de agua entre los años 1843 al 1845 para llevar agua por toda la parte sur de la finca que estaba a un nivel inferior. Comenzó por lo tanto el mismo año en que Isabel II cumple su trece cumpleaños y su mayoría de edad. Se trata de esas obras que debemos atribuir a Agustín Argüelles como tutor de Isabel II aunque ese mismo año dejara la tutela real.

Acueducto de la Madejera

Obra de gran importancia ya que eran más de catorce kilómetros de cacera y un coste de 285.839 reales y 25 maravedíes.

La zona por la que discurre la cacera y el acueducto, era desde antiguo un prado que precisamente se servía de acueductos para el riego de ahí que se conozca a esta zona como Prado de Vallipuente, que significa “prado con acueductos”.

Madejera término que se utilizaba tanto para la maquina como para quien la manejaba

Es fantástico pensar que en este arroyo, ahora seco, en el siglo XVII hubiera madejeras y tejedoras para complementar los trajes militares de ante y gamuza.

Hay que saber que además de los batanes, molinos y hornor, había otras actividades casi industriales que se realizaban en esta zona como pastos para el ganado y huertas en los llamados sotillos.

El 3 de noviembre de 1616 encontramos una autorización para montar en los terrenos ya llamados El Batán, una Real Fábrica de Ante y Gamuzas. Esta fábrica se mantendrá hasta que en 1726 cuando el entonces Príncipe Fernando compra; «…una casa batán con caballeriza y pajar cerca del huerto, con pozo y un cobertizo que hacía de obrador -lugar donde se trabajaban las pieles- y que antiguamente fue molino harinero, después fábrica de pieles de ante y gamuzas…».

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