Puente de la Culebra

La utilidad al servicio de la belleza.


El origen popular de su nombre nos lo aclara las formas curvadas y ondulantes de sus antepechos, que semejan a una culebra.

Su reconstrucción se realizó a partir de la riada del día 15 de septiembre del año 1723 que destruyó el antiguo puente por el que pasaba el ganado. En esas fechas este puente no pertenecía aún a la Casa de Campo.

Su autor fue el madrileño Pedro de Ribera por mandato de Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, Marqués de Vadillo, responsable de mantener y reparar los puentes de las cañadas.

El Puente tiene un «indudable» valor artístico, al ser el único puente barroco que se conserva en la Casa de Campo y uno de los más originales de Madrid.

Pero además, tiene un gran valor estratégico, ya que, según las crónicas y mapas, el puente era el punto donde coincidían las vías pecuarias que atravesaban Madrid; la cañada conquense, la segoviana y las vías menores que iban a Alcorcón y los Carabancheles.

El puente era paso obligado de miles de cabezas de ganado ovino, en él se contaban las reses y se pagaba el consiguiente impuesto.

El Puente de la Culebra era un «puente de conteo».

Desde él se accedía a los ejidos de Carabanchel, Aluche y Meaques que eran prados de “bocado” y a los prados protegidos de «guadaña», como se conocían los más próximos al Arroyo de los Meaques, de ahí que el arroyo recibiera también el nombre de Arroyo de la Guadaña.

El Puente de la Culebra desempeñó durante siglos una función «fundamental»: mantener las relaciones socio-económicas entre los pueblos cercanos y la trashumancia que tanto beneficio procuraba a la zona.

Además su situación nos dice mucho del lugar, denominado Senda de Oro, por la actividad económica de sus batanes y molinos.

La Casa Real en 1680 instaló en esta zona el batán de pieles y gamuzas para el ejército.

La historia del Puente de la Culebra se vincula a la Casa de Campo cuando el Príncipe de Asturias Fernando compra estos terrenos para la ampliación de la Casa de Campo que su hermano Luis I le había regalado en 1724.

Después de su incorporación a la Casa de Campo, el puente fue perdiendo la función que desempeñó desde la Edad Media, ya que el ganado dejó de pasar por la Casa de Campo. Esto hizo que se añadieran al puente elementos y otros se modificaran a los nuevos usos.

Puente de la Culebra conservando aún el canalillo de agua 1932

El Puente también se usó como acueducto para cruzar por él una desviación de la Cacera de Meaques para llevar agua al Prantío de Largueira y terminar en el cercano Puente del Batán.

Se trata de un ejemplo excepcional de Puente cuyo tablero está construido en piedra berroqueña, con una técnica exquisita solo al alcance de algunos arquitectos del momento. El pavimento está fabricado en losetas de granito, material resistente, para el uso que se le daba ya que normalmente los puentes formaban su calzada con tierra o guijarros, muy abundantes en la zona.

Su nivel no debe de haberse alterado al seguir las 4 gárgolas que desaguan aguas abajo a su nivel primitivo.

El tablero del Puente mide 31 metro.

Como una imagen suele valer más que mil palabras reduciremos la descripción a dar algunas medidas que pueden escapar a la proporción de una fotografía.

No es fácil poner sus medidas sin precisar donde se tomaron de ahí que las traslademos a la propia fotografía. Por su situación se evitaron las rampas y pendientes, solamente una leve inclinación aguas abajo para el desagüe del tablero.

Consta de cinco arcos de ladrillo de sillería lateral, del mismo material son los estribos, los tajamares y las manguardias.

Como se aprecia, se tuvo en cuenta que los desperfectos del paso del ganado se producían tanto en el suelo como en su parte superior, de ahí que se construyera en granito, frente a sus arcos y tajamares que son de ladrillo.

Llama la atención sus antepechos de casi un metro de altura, capaz de facilitar el paso del ganado ovino, cuya media de altura es de 0,80 m, para que el ganado no se distraiga.

Su pretil es lo más destacado del puente, ya que el trabajo de cantería hace que cada una de sus 94 piedra sean diferentes.

Fotos de los años 1977 y 2021. Fotos: LBM 1948 W. Commons y RPF
Así estaba el puente en 1983, sin pretiles y abandonado
Recorte de prenda de febrero de 1983

En la última restauración (1983), se tuvieron que tallar al menos siete de estas piedras, a excepción de las 10 que sostienen los adornos, adornos añadidos sin un sentido histórico ya que no se conoce plano alguno de la obra. Con un pasamanos redondeado y un rodapié trabajado en la piedra, tanto en la parte interior como en exterior que es el que realza sus formas.

Puente de la Culebra en la actualidad

DESPUÉS DE VER EL PUENTE DE LA CULEBRA PODEMOS ACERCARNOS A LA REJA DE LA GUADAÑA Y A LA FUENTE DEL ZARZÓN

La Reja de la Guadaña, otra obra de un arquitecto español que refleja la forma original de dejar pasar las aguas de un arroyo a través de una tapia y que no se escape la caza.

La Fuente del Zarzón nos retrotrae a la época en que Madrid se nutría de manantiales.

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