Arquitectos de la Casa de Campo

La Casa de Campo de Madrid es uno de esos lugares que por ser un Real Sitio se vio favorecida por la actuación en sus obras de los mismos arquitectos que la corona tenía para los grandes proyectos.

El título de arquitecto es más reciente que el propio cargo que con otra designación se refería a los especialistas encargados de realizar los proyectos de las grandes obras que hoy contemplamos.

La monarquía española tenía como uno de sus principales cargos para realizar sus obras el de Maestro Mayor, con el que se distinguía a los más destacados «arquitectos» de la época como; Juan Gómez de Mora, Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera, Teodoro de Ardemans, Pedro de Ribera, Giovanni Battista Sacchetti, Francesco Sabatini, Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva, Isidro González Velázquez etc.)

Ventura Rodríguez

En general los Maestros Mayores eran los portadores de conocimientos heredados que habían aprendido de sus maestros con los que trabajaban hasta adquirir los conocimientos necesarios para emanciparse.

Más adelante este tipo de enseñanzas fueron más académica y se crearon diferencias entre un arquitecto y un maestro de obras.

La muerte de Juan Bautista de Toledo en 1567 supuso un cambio, este era Maestro Mayor de las obras de El Escorial, al ser sustituido por Juan de Herrera, se le nombró con diferente denominación: Arquitecto Real, con lo que se creaba un nuevo título.

El título de Arquitecto en las Obras Reales siguió siendo cubierto en los siglos siguientes, con varias denominaciones; Maestro Mayor, Aparejador, Maestros de Cantería, Albañilería y oficiales de cada una de las especialidades.

Francisco Sabatini

En la Villa de Madrid, hasta la traída de la Corte en 1561 los cargos de Maestro Mayor de Obras Reales y Municipales era un cargo asumido por la misma persona. Y en general en la Villa de Madrid los Maestros Mayores Reales y el Maestro Mayor de Obras y Fuentes, este últimos de ámbito Municipal, a veces por necesidad también intervenía en las obras reales.

En la Casa de Campo, la Real Junta de Obras y Bosques era la que se encargaba de los reparos, las reedificaciones y las construcciones, valiéndose de los auxilios de los Alarifes o Arquitectos, Veedores, Contadores, Maestro de Obras. Bajo la superior dirección de la misma, estaban los Alcaides.

En 1597 el organigrama funcionaba así:

“Cuando fuere menester hacer algún reparo en la dicha Casa del Campo, fuentes, encajados u otra cosa en que hayan de trabajar oficiales de cualquier oficio que sea, le avisarán de ello al dicho alcaide o teniente, al veedor o maestro aparejador de las obras del dicho Alcázar de Madrid. A quién toca para que ellos vean por vista de ojos la obra que se hubiere de hacer y den cuenta de ello a S.M. y entre tanto que aquella durare asistirá en ella el dicho alcaide o teniente para que se haga con la perpetuidad y diligencia necesaria con apercibimiento de lo que en otra manera se hiciere no se pague a costa de S.M. porque así es su Real Voluntad”. (instrucciones para el gobierno de la Casa de Campo dadas el 1 de abril del año 1597). Archivo General de Palacio.

Juan de Villanueva

Ante algún conflicto intervenía el Alcaide Juez de Obras y Bosques que pertenecía a la “Junta de Obras y Bosques Reales” que se creó en el año 1535.

El Superintendente General de la Real Casa en 1809 nombraba al siguiente personal: Sobrestante de las obras de albañilería, peón guarda herramientas, sobrestante obras de jardinería y arbolado, guardas o porteros, guarda de orden, ayuda de guarda, peón guarda de las aguas, capataz de las cabras, ayuda de cabrero, peón huerta de la Faisanera, capataz del Jardín del Caballo, ayudante, peón del jardinero de la huerta de la Faisanera, peón de los estanques y patos, peón de la Huerta de la Partida, capataz hortelano de la huerta de la Partida, capataz del Real Bosque y quintero. Archivo General de Palacio.

En la Casa de Campo además había los siguientes operarios contratados (1833):

Estajista de la noria, herrero, cantero, plomero, maderero, máquina de la noria, ladrilleros, pintores, vidrieros, carpinteros, ebanistas, albañiles, tendero de hierro, vaciador de bronce, herrador, guarnicionero, maestro carretero, ingeniero, yesero, alfarero, cordelero y cestero.

Y otros servicios necesarios, pero heredados por tradición como:

cura, sacristán, médico, cirujano, sobreguarda, un ayuda de sobreguarda y guardas, porteros, cinco peoneros y dos ayudantes, un mayoral, un ayuda de mayoral y un peón ayudante, un capataz, nueve peones y un guarda, un aparejador, un sobrestante, un guarda almacén, un peón de orden, y un peón para las cocheras.

Un sinfín de cargos que en muchos momentos hubo dificultad para darles su salario.

Por encima de estos puestos, como dije, estaban los arquitectos, que tenían relación personal con el Rey con el que departían las obras a realizar.

No vamos a nombrar aquí a todos los arquitectos que intervinieron en la Casa de Campo, pero sí los que dejaron alguna impronta en ella:

Juan Bautista de Toledo (1515–1567) llega a los pocos días de que Felipe II comprara la Casa de Campo de los Vargas y tiene una intervención en el palacete, que restauró (tal como entendemos hoy este concepto) en 1561 (Javier Rivera Blanco, 1991: 103-135).

En ese momento septiembre de 1561 Juan Bautista de Toledo cuenta con el jardinero italiano Jerónimo de Algora que ya residía en la Casa de Campo de los Vargas desde agosto para hacer reparaciones, sobre todo en jardinería.

Juan Antonio Sormano (no sabemos la fecha de su nacimiento, pero sí que murió en 1575) este escultor italiano también participa en las obras de embellecimiento de los jardines de la Casa de Campo. Pero su principal trabajo consistía en montar y tallar la fuente del Águila Bicéfala (1571). También son suyas las esculturas y nichos de Venus y Diana en la Fuente de Neptuno junto a la Lonja. Ninguna de estas esculturas de la Gruta ha llegado a nuestros días.

Juan Gómez de Mora Cuenca (1586-1648). Maestro Mayor de Obras del Alcázar con Felipe III, autor de la Plaza Mayor de Madrid y que también intervino en la Casa de Campo. En 1621 actuará en la Sala de los Mosaico en la Lonja (o Galería de las Burlas) adosada al jardín. También fue el diseñador en 1636 de un puente sobre el Arroyo de los Meaques en su desembocadura al Río Manzanares para el paso del Camino de Valladolid.

Teodoro Ardemans (1664-1726), nombrado por Felipe V en 1702 Maestro Mayor de las Obras Reales, sucediendo en el cargo a José del Olmo, no tiene ninguna actuación reseñable en la Casa de Campo, pero su influencia en los posteriores arquitectos le hace ser el maestro de todos ellos, sobre todo de Pedro de Ribera, su alumno más aventajado.

Pedro de Ribera Pérez (1681-1742) El arquitecto madrileño tuvo muchas intervenciones en lo que hoy es la Casa de Campo, pero que en su época aún era terreno particular o municipal. Sin embargo, no vamos a citar nada más que dos intervenciones, una de ellas bien documentadas por Matilde Verdú y la otra en estudio. Su primera y detallada intervención se produce en 1725, año importantísimo para la Casa de Campo, cuando se le manda construir un puente sobre el Arroyo de los Meaques. Pedro de Ribera construirá el Puente de los Neveros (hoy solo quedan algunas paredes de su embocadura). El hecho de que sea Ribera el constructor de este puente se debe a que en esos años aún esa zona próxima a El Lago no pertenecía a la Casa de Campo y su construcción era una obra Municipal. Ya antes y siguiendo las órdenes del Marqués de Vadillo, había construido el Puente de la Culebra (1723), se puede decir lo mismo que del Puente de los Neveros, que esta zona aún no era de la Casa de Campo.

Manuel de Molina (1702– no sabemos la fecha de su muerte) es este un arquitecto con muchas obras en la Casa de Campo en el periodo que va de 1746 a 1769. Discípulo de Pedro Ribera, y muy ligado a él y a Francisco Moradillo. Era Director de Obras del Palacio del Pardo en 1756, ya aparece Manuel de Molina en los documentos de la Casa de Campo y lo hace como profesor de arquitectura. Trabajará con Sacchetti desde 1752 ya en la Casa de Campo, reparando las cuadras de la Torrecilla en 1754. En 1755 realiza obras en el complejo de La Torrecilla, en los estanques, repara las puertas, la casa del Batán, Casa de Rodajos, Casa del Portillo de Aravaca, la Faisanera, en estos años ya como maestro de obras.

Juan Román (no sabemos la fecha de su nacimiento – 1739). Nombrado por Real Cédula del 11 de junio de 1727 Maestro Mayor de Obras Reales, su intervención en la Casa de Campo la vemos reflejada en la portada de la Casa de Campo de los Vargas, que Sabatini respetó a pesar de elevar el nivel del Palacete. Como sucede con todos los arquitectos anteriores a Carlos III, la documentación no especifica generalmente el nombre del arquitecto que realiza las obras, con Sabatini las cosas cambian radicalmente.

Cuando fallece Juan Román en 1739 la plaza de arquitecto recae en Sachetti  por decreto de 25 de febrero de 1739.

Juan Bautista Sachetti (1690 – 1764). Este arquitecto italiano sustituyó a Juan Román como Maestro mayor de las obras reales, cargo que desempeñó entre 1736 y 1760. El 27 de julio de 1751 supervisa las obras de reparación de la tapia y el Palacete como Arquitecto Mayor. En 1758 firma las obras de la Casa de Campo como Maestro Mayor. Su trabajo lo mezcla con el de Juan Román y en raras ocasiones vemos su nombre en los documentos.

Ventura Rodríguez (1717-1785) nombrado Maestro Mayor del Ayuntamiento de Madrid en 1764. La mayor aportación en la Casa de Campo fue la de supervisar junto a Francisco Moradillo la cerca que aún tenía zonas por concluir. Ventura Rodríguez llega a un acuerdo con “Pedro Rodríguez, segundo asentista de las tapias de la Casa de Campo en el presente año de 1768, con la obligación de hacer una parte en este año, y concluir en el siguiente”.

Francisco Sabatini (1721-1797) Mariscal de Campo, Caballero Comendador de la Orden de Santiago y Arquitecto Mayor del Rey. De sus intervenciones en la Casa de Campo no tenemos noticias hasta 1768 y lo hace con las reparaciones y continuación de la Cerca, en ese momento trabaja a la par con Ventura Rodriguez que también aparece como responsable de la tapia y su mantenimiento.

Todavía en 1771 dirige las reformas y reparaciones de la tapia, esto es una constante de todos los arquitectos. Junto a Sabatini no podemos olvidar a José de la Ballina su inseparable ayudante, y algo más, nombrado a veces como aparejador y otras como Maestro Arquitecto.

Las intervenciones más importantes que Sabatini hace en la Casa de Campo son: proyecto de camino nuevo desde la Puerta de Castilla (1775), la construcción de la Iglesia de la Torrecilla y la Iglesia de Rodajos, el Cementerio de Empleados, el Acueducto de la Partida y la reforma de la Casa de Campo de los Vargas que estaba en peligro de ruina. También reforma la Faisanera en septiembre de 1784.

Juan Pedro Arnal (1735-1805) fue un arquitecto español y francés. Estudió Arquitectura en las Academias de Bellas Artes de Toulouse y en la de San Fernando de Madrid. Trabajó en España como arquitecto desde 1766 a 1805. En 1770 fue nombrado Académico de Mérito y más tarde impartió docencia en la Academia de Bellas Artes de Madrid, de la que acabó siendo director entre 1801 y 1804.

Autor de edificios tan representativos como el Palacio de Buenavista o la Casa de Postas, destacaba entre los arquitectos de su época por sus sólidos conocimientos sobre teoría de la Arquitectura. En el mes de julio de 1784, Pedro Arnal, como Arquitecto de su Majestad, recibió el encargo de realizar y supervisar obras y reparaciones en la Casa de Campo. Fue más bien un arquitecto de mantenimiento. En concreto el rey empezó encargándole el reconocimiento del Palacio de la Casa de Campo, de sus cercas y de las habitaciones de los dependientes. El encargo estaba motivado por las numerosas lluvias que habían caído en el invierno de ese año en Madrid y que habían provocado muchos daños en el interior de la posesión. Arnal hace el informe general de los daños producidos, dirigidos al conde de Floridablanca, cuyos gastos ascienden a un valor de 255.981 reales de vellón. La enumeración de las reparaciones hace hincapié en el Palacio, que precisa un remozamiento en profundidad. Igualmente resulta preciso reparar la mayoría de las casas de los empleados y de los peones.

En el año 1785 Arnal presentó el presupuesto para las nuevas obras de reparación que le habían encargado. La variedad de las mismas pone de manifiesto un afán de rehabilitación del entorno: la compostura del estanque del norte, caz de la huerta de la Partida, puerta del Ángel y casa del portero, fuente del Príncipe, casa del Batán, casas que están más arriba de la del Batán, puentes de madera sobre el arroyo Antequina, Faisanera nueva y casa de Rodajos.

En febrero de 1786, Arnal elevó un informe que fue aprobado sobre el coste que tendría la nueva tapia para cercar el terreno de Valdesequillo, lugar en el que se habían establecido nuevos plantíos y se había fomentado la cría de faisanes. Posteriormente el 8 de febrero de 1787 realizó la construcción de tres puentes de madera sobre el Arroyo del Batán.

Paralelamente a la construcción de la cerca de Valdesequillo, el 9 de febrero de 1786, debido también a lluvias y al desbordamiento de los arroyos de la Casa de Campo, Arnal elaboró otro informe de reparación de la cerca. Se trataba de reconstruir el tramo situado más arriba de la Puerta del Ángel “que se desmoronó y podía haber causado desgracias”. El informe adquiere un tono crítico cuando Arnal culpa del desmoronamiento tanto al Arroyo de los Meaques como al empleo de materiales de baja calidad en su anterior construcción: la tapia arruinada manifiesta el poco cuidado que se tuvo cuando se construyó, y que sólo se fue a adelantar la obra, pues se han recogido en las ruinas muchas porciones de terrenos de mezcla de cal y de arena tan gordos como dos puños: esto indica que cuando se construyeron las tapias, sólo ponían las piedras de los frentes con algún arreglo y que lo interior se rellenaba con más porción de mezcla que de piedra, falso modo de construir y de poca duración para la fábrica.

En la primavera de 1788, Arnal realizó nuevas reparaciones en el conjunto de la posesión, algunas de ellas de cierta entidad dado su coste total, evaluado en 154.346 reales de vellón. Concretamente Arnal trabajó en la Puerta de Castilla, en el Estanque Chico y en la Faisanera nueva, además de la casa de los porteros de la Puerta de Aravaca y en la Faisanera Vieja a lo que se añadían los seis puentes de madera “en el arroyo que baja por el Batán”.

Juan de Villanueva (1739-1811) Aunque su intervención en la Casa de Campo siempre es discutible, ya que la mayoría de sus proyectos no se llevaron a cabo por su muerte. Suyo es el Pasadizo que unía los Jardines de Palacio con la Casa de Campo. Otras atribuciones como el diseño de la jardinería de los Reservados y la Puerta del Rey, sobre todo esta última es poco probable que sea obra suya.

Joaquín García Rojo teniente Arquitecto Mayor de la Real Casa (1828) con Fernando VII, participa en el mantenimiento de la Cerca, e interviene en la reparación de las Casas de Rodajos, Casa de la Faisanera Vieja, Casa de los Pinos, Casa de Covatillas, Casas de la Puerta de Aravaca, Casas de la Faisanera Nueva, Casas de la Torrecilla, Casas de la Puerta del Río y el Puente del Álamo Negro, Puente de la Agachadiza y Puente de la Culebra. Y también participó en reparaciones del Palacete.

Isidro González Velázquez (1765-1840) es responsable del puente de enlace de la Casa de Campo con el Parque del Palacio. El expediente aprobado el 10 abril de 1817, se nombra la construcción de un puente de madera, para unir la Casa de Campo con el Campo del Moro. Años después se construyó el actual Puente del Rey de características muy diferentes. También se debe a este arquitecto la Casa de Vacas, aunque el diseño fue de José Rojo en 1829.

Narciso Pascual y Colome (1808-1870). Es nombrado Arquitecto Mayor de Palacio el 18 de enero de 1844, puesto del que causó baja el 6 de febrero de 1854 a petición propia. Su obra más importante fue la construcción de las estufas en los Jardines del Reservado (1844), así como el diseño del hipódromo.

Aníbal Álvarez Bouquel (1806–1870) Arquitecto desde el 26 de febrero de 1857 a 1859.

José Segundo de Lema y García (1823-1891) fue nombrado arquitecto Mayor de Palacio el 31 de agosto de 1859 y lo siguió siendo hasta su muerte el 1 de octubre de 1891. Sus obras más importantes en la Casa de Campo fueron; la Puerta del Castaño y el puesto de guardia de la puerta de 1876, el embarcadero en 1877 y alguna de las estufas del Jardín y la célebre Casa de los Patines de 1878.

Enrique Repullés y Segarra (1845–1922) fue nombrado en 1891 sustituyendo a José Segundo de Lema y estuvo como interino hasta 1895 en que lo hacen fijo. Fue el encargado de construir con su estilo personal varias casas de Guardas.

Andrés Ripollés y Barandas (1845-1926) fue el encargado de las Obras durante veinte años se jubiló en 1922. En esta época el encargado de obras de la Casa de Campo no era el encargado de hacerla ni proyectarlas, ya que salían a subasta pública. El encargado de obras se limitaba a inspeccionar la buena marcha de las obras. Con ello se acaba con los personalismos a la hora de firmar los trabajos.

Juan Moya e Idígoras y Arenillas (1867–1953) es nombrado arquitecto de la Real Casa el 30 de diciembre de 1922, construye las instalaciones de la yeguada de Alfonso XIII donde hoy está la Cantera Municipal y en los Recintos Feriales aún se conserva el Pabellón de Mayorales que construyó en 1924 para la Feria de Ganado de 1926.

Manuel Álvarez Naya

Posteriormente y una vez que la II República incauta la Casa de Campo y la cede al pueblo de Madrid, son muchos e importantes arquitectos los que intervienen en la finca entre ellos podemos citar a Manuel Álvarez Naya que junto con José María de Lorite Kramer o viceversa, ya que los dos eran funcionarios del Ayuntamiento de Madrid y compartían algunas funciones. Ambos estaban en la madurez de su profesión, Álvarez Naya había nacido en 1873 y Lorite Kramer en 1876. José María de Lorite Kramer tenía a su cargo la Casa de Campo, la Gerencia Técnica del Municipio, el Proyecto de Extrarradios, la Urbanización del Interior etc. Y Álvarez Naya era subdirector de Aguas Potables y Residuarias. Fueron los encargados de redactar el Plan de Utilización y Aprovechamiento de la Casa de Campo en 1931 así como diseñar el proyecto de la ampliación de la Puerta del Rey y todas las obras que se realizaron durante el periodo de 1931-1934. Principálmente de la mayoría de las fuentes que hoy adornan la Casa de Campo.

Manuel Muñoz Monasterio

A ellos se une en 1935, como arquitecto municipal, un joven de 32 años Manuel Muñoz Monasterio que acababa de terminar la construcción de la Plaza de Toros de las Ventas en 1931 obra que había empezado José Espelius Anduaga. Años después en 1944 junto a Luis Alemany Soler construiría el estadio Santiago Bernabéu. A él se deben las fuentes más elaboradas de la Casa de Campo como la del Pajarito.

Así se refería Manuel Muñoz Monasterio en 1933 a la Casa de Campo:

Los madrileños encontrarán en el día de descanso una compensación a sus fatigas y desgastes. El contacto con la Naturaleza es la gran fuente de energías, la salud moral y física y en último término la formación de una nueva raza.

Manuel Monasterio en el centro con traje claro 1954
El arquitecto José María Cano Rodríguez

También hay que citar a José María Cano Rodríguez (1906-1984) arquitecto sevillano autor de la ampliación del Puente del Rey durante la II República y responsable años más tarde del proyecto del trazado del suburbano por la Casa de Campo.

En la última reforma del Palacete de los Vargas en 2014 intervino Cleto Barreiros Sorribas como arquitecto Municipal y como arqueólogo de la Comunidad de Madrid Manuel Silvestre Barrio que también estuvo en el Acueducto de la Partida 2015 junto al arquitecto Víctor Amezcua Pajares   

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