Palacete de los Vargas

No tener en cuenta los nombres que Google utiliza en su mapa.

VER SITUACIÓN EN Google Maps UTM 30T 438620.88 m E – 4474531.81 m N. En la Glorieta Grande.


Llamada también la Casa de Campo de Felipe II o de los Vargas, Casa del Administrador, Palacio de la Alcaldía o simplemente Palacete de los Vargas. Durante el Reinado de Jose I el edificio se le llamó Real Palacio de la Casa de Campo.

La Casa del Campo de los Vargas o de Felipe II es el edificio más antiguo de la Casa de Campo y el que da nombre a todo el parque, con el privilegio de ser el único edificio de Madrid en el que se alojaron todos los reyes españoles desde Carlos I. Ni el Palacio Real tiene este honor.

Existe una cierta confusión en el genérico que debe recibir este emblemático edificio y que no es otro que el de Palacete como suele llamarse a la casa señorial de todo jardín.

Nunca deberíamos llamarle Palacio de los Vargas, ya que este término lo recibe otro edificio ubicado en el número 4 de la plaza de la Paja en Madrid. Ni Casa de Vargas y menos aún Casa de Iván de Vargas, ya que Iván de Vargas «vivió» casi cinco siglos antes de que se edificara esta casa de campo.  


Dibujo de Anton Van de Wyngaerde
 de la Casa de Campo de los Vargas en 1561 cuando la compra Felipe II

De origen renacentista, fue construida en 1519. Así lo asegura Fray Lorenzo de San Nicolás. Se trata de una de las primeras casas de campo de ese estilo construidas en España, a imagen de las villas italianas. 
El probable constructor del palacio, el maestre Antonio de Madrid, le dotó de ciertos aires arábigos, a lo que pudieron contribuir los alarifes moros que en esa época trabajaban en Madrid.

Desde el sábado 28 de junio al domingo 13 de julio de 1539 estuvo alojado en este Palacete de los Vargas Carlos I con motivo de la muerte de la Reina Isabel de Portugal su esposa.

Días después haría su entrada en Madrid. Durante este tiempo el Rey siguió despachando desde el Palacete de la Casa de Campo como si lo hiciera desde el Alcázar. Así queda reflejado en el trabajo de Manuel de Foronda y Aguilera del año 1914 “Estancias y viajes del Emperador Carlos V”.

Lo adquiere Felipe II junto con la finca el uno de agosto de 1561 a Rodrigo de Vargas por el poder dado por la viuda de Fadrique de Vargas, doña Antonia Manrique de Valencia y su hijo Francisco de Vargas Manrique.

Junto a la Casa de Campo compró también: “tierras, árboles, agua estable y manante que todo ello recibe la casa y huerta del campo”.

La Casa de Campo en 1637 en el cuadro de Félix Castello con las reformas de Juan Bautista de Toledo a partir de 1561.

Una vez comprada la casa, intervinieron en su reforma Juan Bautista de Toledo y Gerónimo de Algora. Variando la fisonomía de la Casa de Campo de los Vargas primitiva, esa que quedó recogida en algunos grabados de Jan Cornelisz Vermeyen, hacia 1534 y varios de Anton Van de Wyngaerde en 1561. 

Este edificio servía de estancia pasajera, ya que su proximidad al Alcázar hacía innecesario el hacer noche en él.

Salvo excepciones, nunca fue residencia de ningún monarca. 


Era un lugar confortable, y con una decoración entre palatina y doméstica que ayudaba a hacer de él un lugar agradable. Muy lejos de la grandiosidad del Palacio Real, o de los palacios; de Aranjuez, El Pardo o La Granja. 

No estuvo nunca recargado de lujos, aunque sí tuvo un buen número de obras de arte como; El Jardín de la Delicias y el Carro de Eno del Bosco y La Apoteosis de Atenea en el Salón de Baile obra de Mariano Salvador Maella (1798).

Así hablaron algunos contemporáneos del Palacete:

En 1626 el cardenal legado Francesco Barberini dice del edificio: 

 ”Esta es una Casa bastante ordinaria y rústica... con más forma de alquería que de mansión real... 
en ella no hay ni cuadros, ni adornos, ni muebles preciosos”. 


De igual forma se expresa en el siglo XVII  Cosme de Médicis, en el relato sobre su viaje por España y Portugal la califica como impropia de un Rey. 

Antonio Ponz Piquer en su «Viaje de España» también la considera pequeña habitación, sin embargo alude con cierta alabanza a la fachada del Jardín del Caballo con su pórtico de columnas dóricas y arcos.


Por mucho que los arquitectos alaben o denigren su construcción, para los historiadores la Casa del Campo de Felipe II y sus tierras fueron uno de los motivos por los que Madrid fue elegida para establecer en ella la Corte permanente.

Unos siglos más adelante Fernando VI, el verdadero creador de la actual Casa de Campo, una vez que el Alcázar fuera devorado por un incendio, quiso que el nuevo Palacio Real rompiera el eje norte-sur de su fachada a poniente, para situarse en un eje imaginario que  se aprecia claramente desde la Fuente de la Traída de las Aguas del Lozoya.

Casa de Campo en 1903 con la reforma que hizo Francisco Sabatini en 1773.

El antiguo palacio renacentista que vemos en los grabados y que fue el que legó Felipe II a sus herederos, es prácticamente derribado por Sabatini  en 1773 ya que el edificio estaba próximo a la ruina debido a las humedades y las vigas de madera de su pórtico. A la vez  elevó su nivel media vara, lo que equivale a 42 centímetros, para protegerlo de las humedades.

Sabatini respeta la portada de estilo barroco que en 1730, en una actuación anterior había colocado el arquitecto Maestro Mayor de Obras Reales Juan Román.

El 30 de abril de 1842 en un inventario de la Real Casa de Campo se refiere así al Palacete:


”Pieza primera o sea antecámara, salón de las Columnas, salón para tomar café, retrete en la galería, pieza que antecede al comedor, con vistas al jardín, comedor, pieza de oratorio o sea recibimiento de S.M., pieza de vestir, ante alcoba y alcoba, retrete en la alcoba, tocador, cuarto del llavero, cocina, y guarda muebles”. 


Sin embargo, unos años después en el reinado de Alfonso XII sabemos que la casa carecía de dormitorio real. Tampoco tenía espacio para los sirvientes, de ahí que la utilidad más común fuera la de Casa del Administrador y otras autoridades que se alojaban allí. 

Casa de Campo en 1969 reformada por el arquitecto Herrero de Palacios.

La Casa de Campo fue nuevamente reformada en 1968 por el arquitecto Manuel Herrero de Palacios. No lo hizo, como algunos aseguran, por haberse destruido durante la Guerra Civil de 1936-39. Ya que el ingeniero Fernando Martín-Sánchez Juliá, dice en un informe, que quedó intacto después de la guerra.

Obras de restauración donde se cambiaron las vigas de madera por hierro

Su actuación tuvo más que ver con el abandono y desidia que hubo en todos los edificios de la Casa de Campo.

El arquitecto Herrero de Palacios nunca supo el valor de la casa sobre la que estaba actuando, (ver su proyecto).

Quitó las vigas de maderas sustituyéndolas por vigas de hierro y su cubierta la hizo al gusto de ese momento, con pizarra, aunque en su origen tenía teja árabe. Le añadió una especie de guardilla y una pequeña terraza a ambos lados. Zócalos de piedra, y un escudo de Madrid.

Aquí se aprecia el añadido de Herrero de Palacios de 1969
la Casa de Campo reformado a partir de 2014 obra del arquitecto Cleto Barreiro

En 2014 después de que el Palacete fuera abandonado y sus techumbre e interior sufrieran la consecuencia del abandono. Se solicitó el mantenimiento necesario para su conservación.

Como en otros informes anteriores se mantenía la idea de que el Palacete se había destruido durante la Guerra Civil 1936-39.

Argumento totalmente falso y que se pudo demostrar durante la restauración con el estudio arqueológico realizado por el arqueólogo Manuel Silvestre Barrio.

Se pudieron ver las arcadas que aún se conservaban del edificio renacentista y que Sabatini conservó.

Todos los elementos de Herreros de Palacios se han sustituido en 2014 por el arquitecto Cleto Barreiro Sorrivas, con desigual fortuna, ya que la teja no corresponde con la que el edificio tenía y las guardillas presentan una terminación poco elegante.

Ahora está pendiente su rehabilitación interior con arreglo a las normas que dicta Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid y que recoge la declaración de Bien de Interés Cultural de 2010.

Uno de los proyectos que se están manejando para la rehabilitación son el estudio hecho por los arquitectos Pau Soler y José Ramón Menéndez de Luarca en marzo de 2019.

Del Proyecto de Pau Soler 2019

Es una pena que un proyecto tan prometedor carezca de rigurosidad en los datos que aporta y en la toponimia. Y todo por esa desidia o soberbia de no corregir lo que esta mal y que tienen tanto los arquitectos como la administración, y más cuando nos ofrecimos desinteresadamente, como siempre, a Pau Soler y a Luis la Fuente Batanero para dejar un trabajo con la categoría que merecía.

Cuando se pueden hacer las cosas bien o mal, nadie coherente se plantearía hacerlas mal, parece una obviedad.

No ponemos este proyecto en la página por ese motivo; está plagado de errores que precisamente esta web quiere evitar.

HISTORIA DEL PALACETE DE LOS VARGAS A TRAVÉS DE LA REMODELACIÓN DE FRANCISCO SABATINI 1773-1776 por Luis de Vicente Montoya para esta página.

La Casa de Campo de los Vargas o Palacete de los Vargas proporcionó el nombre de la Casa de Campo para este Real Sitio madrileño. Este edificio tiene suma importancia en la historia de la ciudad ya que la conjunción y proximidad entre el Alcázar y el Palacete de los Vargas decidió el establecimiento de la residencia real en Madrid, sellando, con ello, el destino de esta ciudad como Capital de España. Este edificio ha sido ampliamente estudiado y analizado en sus aspectos formales en base a la hermosa descripción pictórica del pintor Félix Castello y a través de fuentes del siglo XVI. En este artículo se pretende ampliar la visión que se tiene sobre este singular edificio a la luz que aporta la documentación relativa a la intervención de Francisco Sabatini en el reinado de Carlos III. 

En 1773 Sabatini emitió un informe sobre el estado del Palacete de los Vargas y una propuesta para su rehabilitación en el que describe la naturaleza del Palacio del Real Bosque de la Casa de Campo.

“He pasado a reconocer las citadas obras, y he hallado que las cuatro fachadas exteriores que se conoce las hicieron posteriormente para aumentar las galerías que circundan el expresado palacio, las dejaron totalmente endebles y desatadas de la obra vieja, de modo que la mayor parte de los suelos de ella, han huido de las paredes, y muchos de los maderos no tienen entrada en ellas, y con el empuje de las armaduras han echado las expresadas fachadas fuera de cabeza con bastantes desplomos, y quiebras, de modo que a mi parecer no están para remiendos, porque será gastar inútilmente y se hayan en la precisión de desmontarse, y edificarse de nuevo (1)

Este informe de Sabatini aporta mucha luz sobre la naturaleza del antiguo palacio y esta fuente no se ha utilizado para estudiar las características de este edificio por ninguno de los autores que han tratado este tema. Es muy importante destacar que Sabatini distingue entre “obra nueva” correspondientes las galerías adosadas al primitivo edificio que el considera la “obra vieja” (2)

La denominada “obra nueva” es decir las galerías en dos alturas que rodean al edificio por las cuatro fachadas, habría que situarla en la segunda década del siglo XVI, próxima al comienzo del reinado de Carlos I, en una fecha, en cualquier caso, anterior a la estancia en Madrid del monarca francés Francisco I que estuvo residiendo en el Alcázar madrileño en calidad de prisionero entre los años 1525 y 1526. Existen testimonios que aseguran que residió temporalmente en este palacete de la familia Vargas durante obras que se hicieron en el Alcázar, donde estuvo prisionero la mayor parte del tiempo (3). Desde este lugar contemplaría la sierra madrileña y en una visión más cercana: el río Manzanares y la afamada Casa de Campo del licenciado Francisco de Vargas, el cual, entre los muchos cargos importantes que tenía, era el Alcalde del Alcázar, por lo que habría tenido fácil relación con el ilustre prisionero. Relacionado con esta estancia de Francisco I estaría la construcción del Chateau de Madrid que se construyó en el Bosque de Bolonia, tras la vuela a Francia de Francisco I, y cuyas fachadas tenían inspiración en las galerías del palacete de la Casa de Campo (4) Así lo ha destacado entre otros autores Fernando Marías, (5) reconociendo la influencia española en ese edificio a través de la Casa de Campo del licenciado Vargas

            Este autor a través de varios documentos sitúa la construcción del palacete (aunque habría que referirse solamente a las galerías) entre los años 1515 y 1519, fechas que excluirían de la autoría al arquitecto Mayor Luis de Vega, que toma el cargo en 1536, y haciendo más probable la atribución de la autoría a Antonio Madrid Maestro Mayor de canteros del Alcázar desde 1509 y Maestro Mayor de la villa de Madrid desde 1518. Esta asignación vincularía el edificio a un cierto carácter vernáculo en detrimento de la influencia italiana.

La construcción de las galerías del Palacete corresponde a Francisco de Vargas o al “licenciado” Vargas, el cual para esas fechas había logrado un gran poderío político y económico a través de sus vínculos con Fernando el Católico, en primer lugar, de quien fue Gran Tesorero y Consejero, y a partir de 1516 con Carlos I, con el que también tuvo cargos relevantes como: Gran Tesorero, Miembro del Consejo Real y desde 1518 Alcalde del Alcázar de Madrid. En 1519 se dirime la herencia de su hermano Diego de Vargas II, en la que Francisco se queda con los terrenos del “Asaeteado” donde había comenzado a construir su casa palacio. Esta Casa de Campo junto al río Manzanares, realizada con gran riqueza arquitectónica y visible desde el Alcázar y la cornisa madrileña debió causar una gran sensación en la vida local. En 1525 residió en el palacete Francisco I como ilustre prisionero, como hemos dicho, y en 1539 fue usado, durante un par de semanas, por el emperador Carlos V como lugar de retiro tras el fallecimiento de su mujer la emperatriz Isabel de Portugal. Estos precedentes llevarían, más tarde, a Felipe II a fijarse en este singular edificio.

            El edificio consta de dos cuerpos cúbicos unidos mediante un tercer cuerpo central alargado y de menor ancho donde se sitúa el acceso principal. Estaba rodeado de galerías en dos plantas, que estaban compuestas por arcos que descansaban sobre columnas. Conocemos mucho de su forma a través de diversas representaciones que han llegado a nosotros. El dibujo de Jan Cornelio Wermeyen -1535- del Metropolitan Museum de Nueva York, realizado desde las inmediaciones del Alcázar, o los dibujos y acuarelas Antón van der Wyngaerde -1561- tomadas desde un lugar próximo al palacete con el conjunto de la ciudad al fondo. Las imágenes de este último muestran una fachada sur muy desordenada y asimétrica en la que se han tapiado o eliminado las galerías de los cuerpos laterales, si bien, estas habían sido construidas treinta o cuarenta años antes, no hacía por tanto mucho tiempo, lo que nos da una primera idea de la fragilidad y precariedad de las galerías. En el cuadro de Félix Castello -1634- el observador estaría situado cerca del la Glorieta de San Vicente por lo que se suprime la fachada sur que es muy irregular, como se ha comentado, y desde este ángulo proporciona una visión idealizada y mágica del conjunto del palacete y los jardines. En este cuadro aparecen, ya tapiadas, las galerías superiores si bien se manifiestan las columnas y los arcos, cosa que apenas ocurría en la fachada sur.

En el propio cuadro de Castello se observa que el conjunto del tejado piramidal del cuerpo oriental del palacete está descentrado con respecto a las planta, lo que confirma la distinción de una obra vieja anterior a la construcción de las galerías. Dicho cuerpo alto de tejado estaría centrado respecto a la planta cuadrada primitiva. A parte de las galerías se dan otras circunstancias que llevan a pensar que este edificio no fue concebido de forma unitaria, sino que fue fruto de diversas intervenciones. Observando la fachada sur, las enormes diferencias entre los huecos de los dos cuerpos del palacete e incluso las diferencias de los elementos incluidos en las cubiertas hacen pensar que ambos cuerpos fueron construidos en diferentes fechas. Según esta hipótesis el primitivo edificio se reduciría al cuerpo del lado este, es decir el más próximo al río y posteriormente se añadiría un segundo cuerpo que se enlazaría al anterior mediante un cuerpo central más estrecho que hace de elemento de conexión. Esto nos da la forma de la planta en forma de “hache”. El edificio “primitivo” podría haber sido una torre con tejado apiramidado de doble altura, y cuya planta cuadrada estaba dividida en cuatro partes mediante muros de carga en forma de cruz. En este cuerpo supuestamente más antiguo es donde figura la escalera principal en los planos del siglo XVIII.

¿Cuándo fue construida esta “obra vieja” que cita Sabatini? Posiblemente tendríamos que adentrarnos en el siglo XV ¿Compró Francisco de Vargas la propiedad con el edificio construido? ¿Lo construyó su padre Diego de Vargas el que había sido ayudante de Cámara de los Reyes Católicos?

            Entorno a la Casa de Campo de la familia de los Vargas, Felipe II desarrolló un nuevo Real Sitio vinculado al Alcázar, donde había establecido su residencia. El lugar fue enriquecido con un famoso jardín con parterres cuadrados, con fuentes y esculturas –fuente del Águila y estatua ecuestre de Felipe III- y con el singular edifico de la Galería de las Burlas en el lado oeste con influencias de las villas renacentistas italianas. En estos jardines participaron los arquitectos reales Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera y relevantes artistas españoles e italianos. El momento de esplendor de estos jardines es recogido en dos famosos cuadros de Félix Castello sobre este jardín pintados en 1634. La construcción del palacio del Buen Retiro en 1630, durante el reinado de Felipe IV, dejó a la Casa de Campo en un lugar alejado de la nueva residencia Real, lo que llevó a la decadencia de este Real Sitio, y esta situación continuó con los primeros años del reinado de la nueva dinastía Borbónica instaurada en España en el año 1700 tras una cruenta guerra.

En el año 1724 el problema sucesorio tras la abdicación de Felipe V y la muerte del joven y breve monarca Luis I, llevó consigo la proclamación de Príncipe de Asturias de su hermano Fernando, de quince años de edad. Este suceso, como vamos a ver, va a ser trascendental para el desarrollo del Real Sitio de la Casa de Campo. Fernando VI será junto con Felipe II el gran impulsor de la Casa de Campo y posible causa de la nueva localización del Palacio Real Borbónico

Su nombramiento como futuro heredero del trono venía precedido de la obtención de la titularidad sobre el Real Bosque de la Casa de Campo. El suceso fue conmemorado con la construcción de la Fuente del Príncipe al oeste de los estanques. El desamor de su madrastra Isabel de Farnesio y los conflictos familiares que le impedían visitar el palacio del Retiro le llevaron a centrarse en su reciente propiedad, llevando a cabo una política de ampliación del Real Bosque mediante compras de terreno, que financió con su propio dinero, que llevaron a multiplicar por diez la superficie de terreno adquirida por Felipe II (6)

En 2014, tuve la fortuna de localizar un documento que acredita una obra que esta relacionada con este despertar de la Casa de Campo. Este documento del Archivo de Palacio menciona una obra en la fachada principal del Palacete de los Vargas fechada en 1730: (7)

El Duque de Medinaceli 1730 

Pone en las manos de su Majestad el diseño que le ha entregado el Maestro Mayor de la obra que es menester hacer en la Casa del Campo en la fachada que mira a el medio día en la línea que están las columnas y arcos de medio punto por estar muy mal trazados y amenazando ruina que importa 44.000 reales de vellón y es de parecer de su Majestad entregar en cuatro mesadas iguales a el pagador de obras Reales la citada cantidad para que se pueda ejecutar la obra.

Su Majestad manda se libre esa cantidad en los términos y plazos que propone el Duque de Medinaceli

Este documento inicialmente llevó a atribuir la autoría de la puerta sur a Pedro de Ribera por ser en esa época Maestro Mayor de las obras Municipales, sin embargo   resultó incorrecta dicha atribución.  La historiadora Matilde Verdú especialista en Pedro Ribera descartó esta opción al existir en esa época el cargo de Maestro Mayor de Obras Reales segregado del anterior por lo que tanto por razones estilísticas como documentales la autoría de esa portada quedó asignada a Juan Román discípulo de Teodoro Ardemans a quien sustituyó en el cargo. La puerta tiene gran parecido a una puerta interior de la iglesia de los santos Justo y Pastor proyectada en 1689 por Teodoro Ardemans y que no llegó a realizarse. La intervención sobre la fachada, mencionada en el documento, vemos que es por causa de la debilidad de las galerías, es decir: un motivo similar al que llevo a las reparaciones y remodelaciones de la fachada sur que se aprecian en los dibujos de Anton Van der Wyngaerde -1561-, donde las galerías han desaparecido de dicha fachada excepto las correspondientes al cuerpo central. (8) La obra de Juan Román debió, por tanto, afectar solo dicho cuerpo central, que era donde quedaban galerías. La fecha de esta reforma coincide prácticamente con la vuelta a Madrid del joven Fernando tras su reciente boda con Bárbara de Braganza –hija de Juan V de Portugal-. Es razonable que el palacete fuera usado en algún momento como residencia ocasional del futuro monarca.

            Felipe V había proyectado la construcción de un nuevo palacio que fue diseñado por Filippo Juvara y continuado por su discípulo Juan Bautista Sachetti, cuya ubicación estaba pensada inicialmente en los altos de San Bernardino – próximo a la plaza de Moncloa. En la navidad del año 1734 ardió el Alcázar austriaco dejando un valioso solar. Para esa fecha Fernando VI había ampliado hasta más de 700 hectáreas la superficie de su Real Bosque, (9) y se podría estar repitiendo la misma historia: El Palacete, con las más de 700 hectáreas de Real Bosque, junto con el solar del Alcázar, podrían haber decidido el emplazamiento de la residencia real. -A favor de esta interpretación estaría el hecho de que Fernando VI estuvo residiendo en el Alcázar permanentemente entre 1733 y 1734 por la imposición de alejamiento de la familia real impuesta por la reina (10).- El nuevo Palacio Real estaría, otra vez, en el lugar del antiguo Alcázar donde Sachetti realizaría el nuevo palacio con un eje principal orientado a la puerta del Palacete de los Vargas, y este “eje de Sachetti” sería utilizado en 1810 por Juan de Villanueva para realizar el proyecto de conexión de los dos reales sitios por iniciativa de José Bonaparte. Fernando VI falleció antes de ver concluido el nuevo Palacio.

Tras la muerte de Fernando VI, en 1759 sería su hermanastro Carlos III, hijo de Isabel Farnesio, quien inauguraría el nuevo Palacio Real y el que continuó la gran empresa iniciada en la Casa de Campo por su hermano. El nuevo arquitecto real. Francisco Sabatini llevó a cabo una importante labor de construcción y rehabilitación de edificios en el interior de la Casa de Campo. Completó el cerramiento del Real Bosque, realizó las puertas de Castilla y Aravaca, el acueducto de la Partida, la rehabilitación del la Faisanera, la construcción de las Iglesias de Rodajos y de la Torrecilla y la remodelación del Palacete de los Vargas, de forma que existe una gran cantidad de construcciones relacionadas con este arquitecto en el interior del parque, aunque habría que revisar algunas obras que sin fundamento cierto se le han asignado como el puente de la Culebra, el del Batán, el del Álamo Negro, el de la Agachadiza y el puente Estrecho.  

En 1773 Sabatini presentó un informe sobre el Palacete de los Vargas advirtiendo sobre el estado ruinoso en que se encontraba el edificio y proponiendo una remodelación que asegurase su estabilidad de forma definitiva. Reproduzco el documento en su integridad por la valiosa descripción que contiene (11)

INFORME DE SABATINI SOBRE EL PALACIO DE LA REAL CASA DE CAMPO
11 de agosto 1773

Extmo Sr.

Muy Sr. mío. Enterado del papel (carta) de Vuestra Excelencia y de lo que con fecha de 20 del mes de junio próximo pasado, le comunicó a V. Exa. el Exmo. Sr. Dn. Miguel de Muzquiz, que sobre los reparos precisos, que se necesitan ejecutar en el Palacio de la Real Casa de Campo según refiere la adjunta certificación del maestro de obras, que devuelvo a V. Exa. He pasado a reconocer las citadas obras, y he hallado que las cuatro fachadas exteriores que se conoce las hicieron posteriormente para aumentar las galerías que circundan el expresado palacio, las dejaron totalmente endebles y desatadas de la obra vieja, de modo que la mayor parte de los suelos de ella, han huido de las paredes, y muchos de los maderos no tienen entrada en ellas, y con el empuje de las armaduras han echado las expresadas fachadas fuera de cabeza con bastantes desplomos, y quiebras, de modo que a mi parecer no están para remiendos, porque será gastar inútilmente y se hayan en la precisión de desmontarse, y edificarse de nuevo, y también en el interior de la obra antigua de la línea del centro del cuarto bajo (planta baja) de la pieza de Huéspedes, están en muy mal estado y la de la entrada de la derecha del Pórtico con los guarnecidos de todas las paredes y solados de todo el cuarto bajo (planta baja), por las muchas humedades que hay en él; y para subsistencia del Expresado palacio, evitar que pueda acaecer y en lo sucesivo no haya que gastar en reparos, he proyectado lo que verá V. E. por menor en la adjunta relación que he formado del coste de todas las obras, que aprovechando todos los materiales útiles, maderas y tejas de las armaduras, puertas, ventanas y antepechos de hierro que existen en las denominadas fachadas, asciende a 87.041 reales de vellón poco más o menos, cuya noticia participo a V. E. para que en su vista de el curso correspondiente, en inteligencia de que este -a mi parecer- es el único medio de hacer una compostura sólida y duradera para conservar dicho edificio, gastando el dinero de una vez, pues de otra suerte es hacer remedos todos los días, de ninguna subsistencia, y el daño quedará siempre el mismo en el supuesto de que todo lo exterior de dicho Palacio está amenazado de ruina.

            Con esta ocasión me ofrezco deseoso de servir a V. E. con la más atenta y fina voluntad y con la misma ruego a Dios guarde su vida muchos años

Madrid 11 de agosto de 1773

Exmo. Sr. Blm (beso la mano) de V.E.

Su más atento servidor

Rubricado: Francisco Sabatini

La propuesta realizada por Sabatini es de limitada extensión e impuesta por el estado ruinoso de las galerías exteriores y las humedades de la planta baja. Afecta fundamentalmente al leguaje estético de la fachada pero respeta el perímetro y recrea los pórticos de la planta baja del edificio evocando el espacio arquitectónico del edificio renacentista tal como lo conoció en el momento de su intervención. Su informe nos habla de la causa de la ruina de las galerías debido al deterioro y falta de trabazón de las vigas de madera que servían de unión de los arcos con el núcleo del edificio, cosa que no hubiera ocurrido si las galerías hubiesen sido construidas con bóvedas de piedra o ladrillo como los ejemplos renacentistas italianos

A través de los planos de las plantas del palacete correspondientes a la reforma de Sabatini, conocemos la extensión y forma de las galerías del edificio renacentista y se deduce la forma del núcleo primitivo del palacio (siglo XV) formado inicialmente por una planta cuadrada dividida en cuatro parte mediante muros de carga en forma de cruz. Sabatini respetó el interior del edificio y derribó las fachadas este, norte y oeste, y las rehízo de obra nueva, desarrollando los mencionados pórticos en la planta baja mediante arcos de medio punto que apoyaban sobre pilastras de ladrillo. La fachada Sur que había sido intervenida a mediados del siglo XVI y en 1730 por Juan Román se reparó nuevamente y se rehízo parcialmente. En el acceso de la fachada norte por el cuerpo central creó un pórtico de tres arcos de medio punto rebajados, que descansan sobre columnas adosadas a pilastras. El otro gran problema que condicionó la reforma de Sabatini fue el de humedades crónicas de la planta baja del edificio que llevó elevar media vara el nivel del piso de dicha planta.

            …Y por esta parte y la opuesta, en todo lo bajo están los suelos chorreando agua y escarchas y llenas de salitre todas las paredes, que aunque se ve que las han ido reparando a menudo se conoce no han tenido efecto los reparos … y para evitar en adelante las muchas humedades referidas de todo lo bajo (la planta baja), con el cascotillo de tierra seca de la demolición de la obra, se terraplenará media vara de alto … (12)

Este cambio de nivel del piso de la planta baja llevó a subir el nivel del Jardín del Reservado adquiriendo el nivel actual que deja la Galería de las Burlas a un nivel inferior al del jardín. La altura de la planta baja quedó reducida por lo que el nuevo edificio es menos esbelto que el renacentista. Del mismo modo, la puerta barroca de Juan Román vio reducida su altura al quedar enterrada su parte inferior, dato que pudo comprobarse mediante la excavación efectuada en septiembre de 2014.

Las obras en el Palacio del Real Bosque de la Casa de Campo, comenzaron el 30 de abril de 1774 y terminaron el 16 de marzo de 1776 con un gasto de 88.346 reales cantidad bastante aproximada a la prevista en su proyecto (13). El Maestro de obra Joseph de la Ballina en el documento de fin de obra resumía la intervención efectuada:

Cuenta y razón de los materiales que se han devengado en los apeos, apuntalados, acodados, derribos y edificación de las cuatro fachadas del Palacio del Real Bosque de la Casa de Campo, otros apeos, y rectificación de paredes interiores, engatillado de tirantes de hierro de sus suelos y armaduras, haber echado la mayor parte de los aleros de dichas cuatro fachadas nuevas, revoco de ellas, y dado de color al oleo de su alero, puertas, ventanas, balcones y rejas; diferentes pares en la expresada armadura y compuestos de sus tejados; arreglado la escalera principal, y en todo el cuarto bajo (planta baja) picar, reinchir, jarrar y blanquear la mayor parte de los lienzos de paredes y tabiques que estaban llenos de de reventones; levantar media vara de alto todo el suelo y solarle de nuevo, con el recorrido de todos los demás solados de baldosas del cuarto principal; poner diferentes puertas, ventanas y antepechos de hierro nuevos, y otros reparos precisos que se manifestaron al tiempo de ir a ejecutar lo declarado…

Fue una obra de bajo presupuesto y se busco la reutilización de los materiales y elementos decorativos del edificio intervenido. Entre los gastos del documento fin de obra no figura ninguna partida de materiales u oficios que permita justificar los trabajos de cantería que existen, hoy día, en el edificio, por lo que se reforzaría la idea de que los ornatos de las puertas se hicieron con elementos preexistentes. Las seis columnas con capiteles e impostas de los arcos de la fachada norte hubiesen sido una partida fácilmente detectable y que habría elevado el presupuesto. Efectuada la revisión del documento de fin de obra, no figura tal partida. Los mayores gastos en materiales corresponden a ladrillos (finos, jaboneros y toscos), cales, yesos, vigas, baldosas y tejas. Otro dato sobre la ejecución de las obras es que a remodelación del edificio se realizó en dos etapas para evitar sacar de su vivienda al cura del Real sitio que vivía allí en esa época.

  Sabatini rehízo las cuatro fachadas, incorporó elementos arquitectónicos y constructivos del edificio precedente, según orientaciones que aparecen en tratados de arquitectura como el de Alberti, lo que nos proporciona un elemento de análisis de su actividad arquitectónica. El edificio presenta duplicidad de estilos en sus fachadas principales. En la fachada sur quedó la puerta barroca de Juan Román y en el pórtico de la fachada norte se utilizaron columnas de orden dórico toscano que sintonizaba con la sobriedad del estilo de Sabatini. El resultado final es una obra muy próxima al estilo neoclásico, en fecha temprana, y posiblemente con reutilización de columnas renacentistas del palacete. Sabatini rehízo la cubierta del palacete dándole una simetría que no tenía el edificio renacentista. Usó cubiertas a cuatro aguas para los cuerpos laterales y a dos aguas para el cuerpo central. Dispuso buhardillas en todo el contorno de la cubierta lo que daba un carácter utilitario ese espacio y como curiosidad dispone un doble nivel de buhardillas en el cuerpo de oriente, que en el edificio renacentista se correspondía con una cubierta en doble altura. Intriga saber el uso de ese pequeño habitáculo que fue respetado en la remodelación. Dentro de su extensa obra, Sabatini tuvo muchos casos de intervención sobre obras existentes, en la Casa de Campo intervino sobre la mayor parte de los edificios que había en su interior y también es destacable su intervención en el palacio del Pardo donde duplicó la superficie del nuevo palacio copiando el edificio existente respetando su estilo.

José Bonaparte tuvo especial predilección por la Casa de Campo y utilizó el Palacete como residencia habitual durante algún tiempo. Allí podía retirarse con sus amantes y disfrutar de su afición por la equitación y la naturaleza, teniendo a su gobierno en el Palacio Real a escasos minutos de su residencia. Su Arquitecto Mayor Juan de Villanueva se encargaría de organizar unos nuevos jardines en el Reservado Chico llamado el jardín del Caballo que incluía los parterres del jardín austriaco, la estatua ecuestre y la fuente del Águila y rehabilitación de la Galería de las Burlas, del que quedan restos en las dos alineaciones de plátanos centenarios que forman una “uve” obtusa en la entrada del Palacete. Villanueva realizaría en 1811 su última obra con el proyecto de conexión del Palacio Real con el Palacete de la Casa de Campo según el eje planteado por Sachetti, con el túnel de Bonaparte y el Puente del Rey (puente de madera en aquella fecha).

Durante el siglo XIX el palacete no sufrió modificaciones relevantes e incluso durante la Guerra Civil, en que hubo importantes combates en el parque relacionados con la Batalla de Madrid, y soportó líneas de frente en su interior durante dos años y medio. La guerra causó graves daños en el parque. Se destruyeron numerosos e importantes edificios en su interior: el conjunto de edificios de la Torrecilla – Iglesia, Cementerio Casa de Labor y Casa de Guarda- o la Casa de Vacas por citar los más relevantes; sin embargo el Palacete, la Galería de las Burlas la Puerta del Rio y del Castaño no sufrieron daño alguno. En 1991 hubo un proyecto de reconstrucción del Palacete renacentista según el cuadro de Félix Castello, que habría llevado a la demolición del actual edificio, buscando justificación en que este había sido destruido completamente durante la guerra, por lo que el edificio actual no tendría valor histórico, cosa que no era cierta. Afortunadamente no se llevó a cabo pese a estar aprobada su ejecución. (14)    

En 1968 la remodelación efectuada por Manuel Herrero Palacios, que era director de Parques y Jardines en los años sesenta, destruyó la mayor parte de su interior y añadió una altura al cuerpo central. La demolición de su interior dejaba plantas diáfanas incorporando la superficie de las galerías que se aprecian en los planos del siglo XVIII, pero desvinculaba al edificio de su pasado, constituyendo un triste y temprano precedente de algunas intervenciones arquitectónicas actuales en que se respeta la fachada y se derriba el interior a pesar de sus valores arquitectónicos o históricos. La remodelación Manuel Herrero eliminó los muros interiores correspondientes al primitivo edificio y además transformó las fachadas este, norte y oeste en las que sustituyó los arcos que conformaban las galerías de la planta baja  por ventanas cuadradas desvirtuando el edificio de Sabatini.

La restauración efectuada en 2014 ha recuperado las fachadas de Sabatini y ha aproximado la forma de la nueva cubierta a los modelos que aparecen en los grabados, eliminando el recrecido del cuerpo central efectuado en 1968 por Manuel Herrero. Falta por efectuar la remodelación interior que espero que sea aprovechada para recuperar los pórticos de la planta baja, importantes elementos de transición entre el edificio y jardín que evocan al edificio renacentista pasado por el tamiz de Sabatini. Estas cuatro fachadas de Sabatini son un valioso vínculo histórico del edificio actual con aquel edificio renacentista de la familia de los Vargas protagonista del fenómeno de la capitalidad de Madrid. Además, el Palacete junto con la Galería de las Burlas proporciona el marco histórico y artístico que legitima la reconstrucción de los jardines del Reservado. Todo ello forma un conjunto de inestimable valor que permite recuperar, físicamente, una página de la historia de la Ciudad  

NOTAS

1.- Archivo General de Palacio Fondo Casa de Campo Caja 44

2.- Luis de Vicente utiliza este informe de Sabatini para advertir sobre la autoría de las fachadas del Palacete y prevenir sobre el proyecto de reedificación del palacete de los Vargas según el modelo del cuadro de Félix Catello propuesto en 1991 que hubiese supuesto la demolición completa de todos los restos históricos del Palacete.

3.- A pesar de que se atribuye a la torre de los Lujanes como el lugar de prisión de Francisco primero en realidad fue el Real Alcázar su lugar de residencia y el motivo del vinculo que tuvo con el Palacete de los Vargas.

4.- Francisco I había estado preso en Madrid entre septiembre de 1525 y febrero de 1526 llego a parís en 1527 y las obras de le Chateau de Madrid en el Bosque de Bolonia duraron de 1527 a 1537

5.-De Madrid à Paris: François Ier et la Casa de Campo. Professeur Fernando Marías y Madame Véronique Gérard Powell Revue de l’Art 1991, nº 91. pp. 26-35

6.- Según recientes investigaciones de Rafael Pulido Fernández en torno a las compras de terrenos del real Sitio, las adquisiciones realizadas por Fernando VI serían más de diez   veces superiores a las de Felipe II. Difiere de las cantidades asignadas por Madoz que considera que Fernando VI quintuplica la superficie adquirida por Felipe II

7.- Archivo General de Palacio Fondo Casa de Campo Caja 121

8.- La obra de Juan Román debió afectar solo al cuerpo central. Por los restos de un arco que apareció al descubrir el revoco en durante las obras de restauración efectuadas en 2014, se deduce que las galerías de dicho cuerpo central, constaban de cinco arcos de medio punto.

9.- Rafael Pulido Fernández en las investigaciones en torno a las compras de terrenos para el año 1734 fecha en que ardió el Palacio austríaco el Real Bosque de la Casa de Campo ocupaba 750 has., cantidad que se acerca la mitad de superficie definitiva del Real Sitio.

10.- Guillermo Calleja Leal. Semblanza de un reinado de paz, justicia y progreso. Catalogo de la exposición Fernando VI. Castillo de Villaviciosa de Odón. Madrid 2009. 

11.- Informe de Sabatini de 11 de agosto 1773 en Archivo General de Palacio Fondo Casa de Campo Caja 43

12.- Sabatini 11 de agosto 1773 AGP fondo Casa de Campo caja 43

13.- Sabatini 16 de marzo 1776 AGP fondo Casa de Campo caja 44

En este documento de fin de obra donde se cuantifican los gastos por semanas, figura que la construcción comienza en 30 de abril de 1774 y termina el 22 de abril de 1775 aunque la fecha de liquidación que figura al final es la de 16 marzo de 1776 rubricada por Francisco Sabatini y Joseph de la Ballina

14.- Proyecto de restitución de los jardines de Felipe II elaborado por un equipo encabezado por Juan Armada Diez de Ribera, con asesoramiento de Carmen Ariza, Beatriz Tejero y Pedro Navascués. Forma parte de extenso trabajo relativo a la publicación conmemorativa del tratado de Agricultura de Jardines de Gregorio de los Ríos, llevado a cabo por el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid y el Real Jardín Botánico en 1991   

BIBLIOGRAFÍA

Gimeno Pascual Ana Mª. Francisco Sabatini y la reforma del Real Sitio de la Casa de Campo. Reales Sitios nº 77 Madrid 1983

Ariza C. Navascues, F. Tejero, B. A propósito de Agricultura de Jardines de Gregorio de los Ríos Area de Medio Ambiente Ayuntamiento de Madrid. 1991

Catalogo de la Exposición Francisco Sabatini 1721 – 1797. La Arquitectura como metáfora del poder. Comisario Delfin Rodríguez. Comunidad de Madrid 1993

Tejero Villareal, Beatriz. La Casa de Campo, Colección Parques y jardines de Madrid. Ed Avapies Madrid 1994

Vicente Montoya, Luis La Casa de Campo Parque Histórico. Ecologistas en Acción Madrid 2000

Vicente Montoya, Luis. El reservado de la Casa de Campo de Juan de Villanueva. Propuesta de reconstrucción Anales de Instituto de Estudios Madrileños tomo XL CSIC Madrid 2000

Hernández, J.L; Bahamonde A.; Barreiro P.; Ruiz del CastilloJ.; La Casa de Campo. Mas de un millón de años de historia. Ayuntamiento de Madrid. Área de Medio Ambiente Madrid 2003

Aparisi Laporta, Luis Miguel, La Casa de Campo Historia documental. Ayuntamiento de Madrid Area de Medio Ambiente Madrid 2003

Marías, Fernando y Gérard Powell, Véronique De Madrid à Paris: François Ier et la Casa de Campo. Revue de l’Art 1991, nº 91. pp. 26-35

Faliva, Alberto. Il palazzo di Carlo V a Granada e la Casa de Campo di Madrid. Bollettino Ingegneri N. 7 -2008

Catalogo de la exposición Fernando VI. Castillo de Villaviciosa de Odón. Madrid 2009.


Desde este edificio se puede comenzar una visita muy interesante y educativa ya que conecta con los orígenes de la Casa de Campo y la capitalidad de Madrid.

TE ACONSEJAMOS VER

Deja un comentario