En la actualidad sólo podemos contemplar el ala derecha de la Faisanera, ya que a la izquierda de este edificio continuaba con otro con más gallineros y un patio interior de menores proporciones.

Aunque su construcción se remonta a la época de Fernando VI en 1754, la información que tenemos sobre este edificio es que fue habilitado por Alonso Méndez  en 1763 y posteriormente en 1772 interviene Francisco Sabatini en su remodelación, gastando una suma importante de dinero y dejando la construcción tal como ahora la vemos.

La Faisanera tenía por principal cometido el abastecimiento de faisanes a la despensa de la Casa Real, con empleados propios llamados faisaneros, en 1881 vivían doce familias en la faisanera, no sabemos si todas se dedicaban al cuidado de los faisanes.

Sólo en algunas ocasiones se utilizaban estas aves como presa de caza.

La Faisanera era un lugar muy visitado por los reyes siendo una continuación del Palacete. Tenía un cuarto reservado para el Rey, en el que no faltaba un retrete, al estilo de la época, compuesto por varias habitaciones y discretamente decorado.

En 1814 en la Faisanera, decorando sus paredes, había cinco cuadros que representaban un paisaje; dos retratos de niños, y dos aves.

La Faisanera en 1932

La faisanera en marzo de 1831 fue regalada por Fernando VII a la Reina Cristina, pero este regalo tuvo algunos inconvenientes legales, según se recoge en el siguiente documento:

Se inicia con una nota manuscrita por Fernando VII, en la que dice:

«Blasco. Quiero que preguntes al Archivero indague sí la Casa de Campo está vinculada, o mayorazgada; pide noticias al Archivo, o a quien lo sepa; sí está vinculada, o mayorazgada, consultarás con el Asesor de la Casa, como se ha de hacer para que la Posesión que yo he regalado a la Reyna, quede propiedad suya, sí quedase Viuda y sin hijos».

24 de agosto de 1832.

Un año más tarde Fernando VII moriría sin ese hijo del que habla, pero sí con una hija pequeña: Isabel II.

No podemos olvidar que en la Casa de Campo hubo más de una faisanera, en concreto hubo, que se sepa tres. La primera fue la que acomodó como faisanera Manuel de Molina en 1746 y conocida como la Faisanera Vieja que estaba en la antigua Venta de Aravaca y que luego se convertiría en la Casa de Vacas. La otra faisanera estaba cercana al Puente de la Culebra en la margen izquierda del Arroyo de los Meaques.

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Durante la II República se instaló en la Faisanera el Museo de Barcas: Un pequeño museo naval para exponer las embarcaciones y falúas que utilizaba Alfonso XIII para pasear por El Lago.

Así lo describe Manuel Muiño: “Con el fin de conservar aquellos elementos que existían en el embarcadero y que tienen un indudable valor histórico, se instalaron en el edificio de la Faisanera, siendo esta primera instalación seguida de la que se piensa realizar para exposición de cuantos elementos existen hoy diseminados, que seguramente han de merecer la pública atención”.

En 1977 la Faisanera estaba a punto de ser demolida por culpa del abandono y un incendio que había destruido la techumbre.

En 1984 se restaura libremente con el propósito de darle una utilidad al edificio.

A partir de ese año se dedica a parque de maquinaria para conservación y reparación de los equipos mecánicos del Ayuntamiento de Madrid.

Hoy está en estudio una nueva utilización ya que en la actualidad sigue siendo un almacén y taller de maquinaria del Ayuntamiento.

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AL SALIR POR LA PUERTA DE LA FAISANERA PODEMOS IR A EL LAGO O AL ACUEDUCTO DE LA PARTIDA