Puerta de la Vereda Vieja

No tener en cuenta los nombres que Google utiliza en su mapa.

VER SITUACIÓN EN Google Maps UTM T30 433799.70 m E – 4474872.23 m N. En la Tapia Oeste entre el Portillo de los Pinos al Norte y la Puerta de Rodajos al suur. Daba salida a la Vereda Vieja de Somosaguas y Húmera lo que era el antiguo Camino de Madrid a Húmera que nacía en el Puente de Segovia.


También se le nombra como de los Postigo de los Álamos Altos, Postigo de la Vereda Vieja de Húmera, Puerta de Húmera y Puerta de Somosaguas.

El origen de su nombre se debe a que en esta puerta remataba la Vereda Vieja de Somosaguas.

La puerta es el lugar más alto de la Casa de Campo con 690 metros de altitud.

La ubicación de esta puerta fue consecuencia de una corrección de puertas que realizó Francisco Sabatini en 1769 en la tapia oeste. Para esta puerta se trajeron las piedras de una puerta cercana a la actual Portillera del Batán.

Puerta de la Vereda Vieja

La situación de la puerta tenía como finalidad dar salida a través de la Casa de Campo a la Quinta de Somosaguas, quinta que a su vez tomaba el nombre del poblado que hubo en este sitio llamado San Juan de Sumasaguas, poblado que junto al de San Pedro de Meaques fue destruido por las guerras entre Pedro I y su hermano Enrique en el siglo XIV.

La puerta o portillo original nada tiene que ver con la puerta que hoy contemplamos.

Después de la Guerra Civil 1936-39 el portillo terminó derruido y en 1956 se reconstruyó, pero como podemos ver más adelante los proyectos para esta zona lo consideraban pequeño.

Cuando solo habían pasado once años de la reposición se proyecta una puerta más amplia de estilo neoclásico con farolas fernandinas. El encargado de realizarlo fue arquitecto Manuel Herrero Palacios.

La nueva puerta se abre en el año 1969. El diseño y autor es el mismo que el de la Puerta de Rodajos que tiene la misma factura.

Puerta de la Vereda Vieja en 1969

El 1 de agosto de 2003 con el cierre parcial al tráfico en la Casa de Campo, la puerta se hace peatonal y en 2010, coincidiendo con la declaración de la Casa de Campo como Bien de Interés Cultural, se levanta el asfalto de la Vereda Vieja que nacía en la Glorieta de la Encina de Trillo, recuperando el aspecto tradicional de los caminos.

Para establecer por qué se hizo en esta zona un acceso, hay que retroceder al siglo XVIII, cuando se dibujaron los límites de la Casa de Campo por el Oeste y al otro lado quedaron terrenos y casas de gente adinerada y con relación con la Corona.

Estos terrenos que hoy son de los más valorados de Madrid, estuvieron en muchas manos.

Empieza con la “venta judicial de una viña de 12.926 cepas incluidas en ellas 1.890 marras que hacen 32 aranzadas: 32 fanegas de tierra de pan-llevar y una Casa de Campo con sus pertrechos para la labor de dicha viña, que todo está en el término que llaman de Somosaguas jurisdicción de dicha Villa de Húmera y pertenece a la Real Hacienda por la quiebra que hizo D. Bernardo de la Puente, administrador que fue de la Renta de Salinas de la Minglarilla,  con que le afianzó D. Bernabé de la Fuente,  su hermano; a favor de D.  Franco Rodríguez Calva, Mayordomo del Real Convento de Ntra. Sra. de los Ángeles, en precio de 30.000 rs. ante D. Joaquín de Vecerreiro y Quiroga, Escribano del nº de Madrid, y del Real Juzgado de quiebras. A 3 de noviembre de 1745.

La Finca y la Casa de Campo de Sumas-Aguas la compra Juan Antonio Pablo Ruiz de Molina Liñan Conde de Clavijo.

Ya nos dice en 1781 el Boticario mayor de S. M. Don Juan Diaz:

“En el término de la Villa de Húmera, distante legua y media de esta Corte, hay una hacienda conocida con el nombre de Sumas-aguas. Esta hacienda perteneció á los Condes de Clavijo hasta el año de 1787, en el que pasó á manos del Excelentísimo Señor Marqués de Valdecarzana, por escritura de venta otorgada el 7 de diciembre del dicho año”.

Al Conde de Clavijo le compra la finca Sancho José Fernández de Miranda Ponce de León (1706-1783) IV marqués de Valdecarzana, Gentilhombre de la Real Cámara de Felipe V, casado con Ana Catalina de Villacís y de la Cueva, VII condesa de las Amayuelas, Grande de España de primera clase, VIII marquesa de Taracena y señora de Villagarcía de Campos.

Al morir Sancho heredó los terrenos Judas Tadeo Fernández de Miranda Ponce de León y Villacís (1739-1810) V marqués de Valdecarzana, VIII conde de las Amayuelas, XV marqués de Cañete, IX conde de Taracena, IX conde de Torralba, VIII, conde de Villamor, X conde de Escalante, X conde de Tahalú, etc. ​

Judas Tadeo, al igual que su padre, sirvió en la Casa Real Española como sumiller de Corps del rey Carlos IV y gentilhombre de Cámara.

Cuando muere el Marqués en 1810 su reciente mujer, ya que se había casado dos años antes con una joven de 17 años; Joaquina Escrivá de Romaní y Taberner (1791-1848), dama noble de la Orden de María Luisa, hija de Luis Escrivá de Romaní y Camprodón, XIII barón de Beniparrell, y de Josefa de Taberner y González de la Cámara.

Es Luisa a partir de ese momento la dueña de la finca de Somosaguas.

En noviembre 1842 se le da “licencia a la baronesa viuda de Eroles y Valdecarzana para atravesar la Casa de Campo camino de su quinta llamada de Somosaguas”. Archivo General de Palacio

Contrajo, la entonces viuda del marqués de Valdecarzana, nuevo matrimonio en Madrid, el día 12 de diciembre de 1820 con Joaquín Ibáñez Cuevas Valonga que cuatro años después, el 22 de agosto de 1825 moriría en Daimiel (Ciudad Real) de un ataque de locura. Con él tuvo un hijo: Luis Ibáñez-Cuevas y Escrivá de Romaní que vendió la finca en 1848 al marqués de Larios, Martín Larios y Herreros de Tejada. También tenían tierras limítrofes en la zona el General Leopoldo O’Donnell y Jorris, conde de Lucena y duque de Tetuán.

Sin embargo, la suerte de este postigo, abierto para la servidumbre de los dueños de estas fincas limítrofes a la Casa de Campo, cae en desuso por los nuevos caminos que la ampliación de la Casa de Campo a llevado más al Oeste y que cada vez se emplean más ya que están mejor acondicionados.

La Puerta mal llamada ahora de Somosaguas aparece tapiada en los planos a partir del año 1865. En 1932 se dice que la puerta está tapiada y sin puertas.

Ya para resumir diré que ya en el siglo XX se compraron, la finca de Somosaguas y los terrenos colindantes, por Juan Lladó Sánchez-Blanco para el Banco de Urquijo y parte para Juan Manuel de Urquijo y Landecho Marqués de Urquijo.

Tropas republicanas en el Portillo de la Vereda Vieja 1936

A partir de esta compra, recién terminada la Guerra Civil, se establece una lucha por declarar estos terrenos rurales como edificables.

En 1956 se inicia la reparación de la tapia Oeste y principalmente su antiguo acceso en lo que a la finca de Somosaguas le correspondía, es decir el Postigo de la Vereda Vieja y la Puerta de Rodajos.

Restos esparcidos de la puerta con los que se monta el antiguo portillo en un tamaño más ancho.

Las torretas de la luz, que aún se mantienen, nos sitúan.

El acceso exterior, en esos años, conducía a un camino recién trazado, sin ninguna edificación, en cuyas margenes se habían plantado árboles.

En el año 1969 ya se habla de los terrenos que se van a anexionar a la Casa de Campo, lo que hoy conocemos como Parque Adolfo Suárez, en ellos se contemplan los terrenos desde el Portillo de los Pinos hasta Casa Quemada.

Todo este movimiento inmobiliario parecía estar ya concretado, sobre todo, cuando de manera unilateral los dueños de estos terrenos deciden, con autorización del Ayuntamiento, ampliar a su gusto y anchura las dos puertas que darían entrada desde la Casa de Campo al nuevo conjunto urbanístico de Somosaguas.


Estamos en el lugar más alto de la Casa de Campo con 690 metros de altitud y siguiendo la tapia hacia el norte podemos ver

La Reja del Rey es sin duda un buen motivo para caminar desde esta puerta.

Deja un comentario