Peligros hasta el siglo XX

Quiero publicar algunos ejemplos de la visión que transmitía la Casa de Campo en aquellas cabecitas “pensantes” que buscaban hacer negocio y de paso dar uso a un lugar desaprovechado.

El deseo irrefrenable de acabar con la Casa de Campo con proyectos disparatados e innecesarios se parece mucho al actual. Entonces surgió con los cambios políticos del siglo XIX y XX y sobre todo como consecuencia del abandono que sufría la finca y en la que la propia corona daba poco ejemplo como fue el tolerar el paso del ferrocarril argumentando que era un avance importante en las comunicaciones del país.

Aun permanece esta especie de perversión en las mentes que sólo ven en la Casa de Campo un solar donde se puede hacer cualquier capricho absurdo e innecesario. No quieren ver que lo natural es un valor superior a todo cuanto pueda ser rentable. ¿Qué tiene que suceder para detener esta degradación continua?  Espero que no consigan lo que otros intentaron, convertir este paraje de mágica persistencia en un espacio de terreno común sin otro valor que el que quiera darle una cartelería más o menos acertada.

Si tienes un poco de tiempo lee estos proyectos y verás qué poco hemos avanzado

AFORTUNADAMENTE ESTAS PROPUESTAS NO SE REALIZARON


PROPUESTA de construir un pueblo en la Casa de Campo.

El 2 de julio de 1834 la Reina Regente María Cristina de Borbón recibe la propuesta: “el levantamiento de un pueblo en la Casa de Campo (independiente de la población de servicio), que tendría por nombre «La Real Cristina».
La idea no llegó a realizarse, pero años después se insistió en el asunto cambiando “La Real Cristina” por Santa Isabel en honor de Isabel II.

La reina María Cristina con su hija Isabel

PROPUESTA de Joaquín Blanco González.

El 30 de octubre de 1864, D. Joaquín Blanco González como director general de la sociedad Tesoro de Madrid, presenta una Memoria a la Reina para la construcción, en los terrenos del Real Patrimonio Denominados la Casa de Campo, de doscientas casas destinadas a la clase trabajadora.
En un librillo de ocho páginas Joaquín Blanco hace una presentación muy moderna del problema de la vivienda en Madrid que trata de solucionar con este proyecto. En él dice a la reina Isabel II que el Barrio se llamaría en su honor Santa Isabel.
No sabemos cuál fue la respuesta de la Reina, puede que ni siquiera respondiera a esta propuesta, quizá ofrecía menos compensaciones que la del ferrocarril del norte.

PROPUESTA de Antonio Ramírez Arcas

Antonio Ramírez Arcas. Nacido en Málaga, 23 de mayo de 1809 – Murió en Ciudad Rodrigo (Salamanca), 20 marzo de 1865. Brigadier, escritor y caballero Laureado de San Fernando.

Propone en 1858 la creación del Colegio Real de Don Alfonso sobre el Arroyo de los Meaques: “La carencia de esta clase de establecimientos que desgraciadamente se lamenta en España, afecta a los intereses morales del país, que tan ligados deben estar con su política. Por no haber siquiera un colegio donde no sólo adquiera la juventud la ciencia que necesita para ingresar con el debido desarrollo intelectual, en las escuelas especiales, sino también el perfeccionamiento moral que una dirección continua y eficaz debe procurarle, muchos padres de familia se ven en la precisión de hacer durante algunos años, grandes dispendios que generalmente son infructuosos tanto porque de ordinario es insuficiente en sus medios y en sus resultados la enseñanza de asignaturas libres, que ofrecen los establecimientos creados por el interés particular, cuanto porque los alumnos no se hallan bajo la influencia del régimen y disciplina convenientes”.

PROPUESTA de Manuel del Busto y de Jado Cajigal.

Manuel del Busto y de Jado Cajigal. Nacido en Madrid el 7 septiembre de 1845 – 12 octubre de 1929. Ingeniero agrónomo.

Propone en el año 1876 instalar una fábrica de gusanos de seda: ”El carácter que debe afectar el cultivo de la Casa de Campo no es el mismo que podría aconsejarse para una finca particular en donde se tratase sacar el mayor producto posible; es preciso por el contrario que la de que se trata conserve el carácter de posesión de recreo que la es propio y que no debemos ni podemos quitarle, dejándola en su mayor extensión para las Augustas Personas que han de descansar en aquel sitio de los cuidados que les ocasiona su elevada misión; no es posible por lo tanto aprovechar más terreno que aquel cuyo cultivo no se oponga a la referida aplicación y aún esto dentro de ciertos límites”.

PROPUESTA de un Nuevo Cementerio en la Casa de Campo.

Con idea de suprimir los cementerios propiedad de las Sacramentales

El 12 de octubre de 1868, con la idea de suprimir los cementerios propiedad de las Sacramentales, se estableció uno nuevo en el Cuartel de Rodajos, lindando con la carretera de Extremadura. Se advierte que las propiedades en los cementerios que se cierren serán trasladadas, por cuenta del ayuntamiento, a este nuevo.
Ya se había decretado que el 1 de enero de 1869 se cerrarían todos los cementerios situados en la margen izquierda del río Manzanares. En este mismo expediente se hace mención a la nota publicada en el Diario Oficial de Avisos de Madrid, fecha 28-10-1868, recomendando no se haga ninguna inversión en los cementerios existentes. Este proyecto no se llevó acabo, pues en la Gaceta de Madrid del día 18-11-1868 se inserta un decreto del Ministerio de Hacienda, firmado la víspera, para la compra de terrenos en los Altos de la Moncloa, destinados al nuevo cementerio, puntualizando: «Se ajuste a los principios que han de servir de base a la sociedad española en la nueva era abierta por la revolución de Setiembre.»

PROPUESTA de Ángel Fernández de los Ríos

A partir del 29 de octubre de 1868 en el periódico de Madrid La Época, Ángel Fernández de los Ríos (Madrid, 27 de julio de 1821-París, 10 de junio de 1880) periodista, político, editor, urbanista, publica una serie de artículos donde en un estudio detallado cuenta que la Casa de Campo debe ser aprovechada para edificar viviendas y una necrópolis. Tres extensos artículos cuyo contenido no fue puesto en práctica afortunadamente para la finca.
Estos artículos fueron escritos por Fernández de los Ríos en París bajo el título: EL FUTURO MADRID, PASEOS MENTALES POR LA CAPITAL DE ESPAÑA, tal cual es y tal cual debe dejarla trasformada la revolución, A. FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS.
En contrapartida el 5 de julio de 1869 el Parlamento presenta un proyecto de Ley en el que se dice: “Referente á la venta de los bienes que fueron del patrimonio, que revierten en pleno dominio al Estado, para enajenarse en diez plazos y nueve años, excepto el palacio real y la Casa de Campo”…

Leamos uno de sus artículos:

Artículo del urbanista Ángel Fernández de los Ríos del jueves 29 de octubre del año 1868, en el periódico LA ÉPOCA, al referirse a la Casa de Campo, propone se edifique:

Al Oeste de Madrid y a la margen derecha del Manzanares, hay una gran posesión de 526 hectáreas, 5 áreas y 2 metros, o sea de 4.097 fanegas de tierra, formando un polígono irregular de 23 lados. Está cercada de una gruesa pared de mampostería, y dividida en cinco cuarteles conocidos con los nombres de la Torrecilla, de Cobatillas, del Portillo y Casa-quemada, de los Pinos y de Rodajos, que comprende tierras de labrantías y de diver­sas características; bosques, huertas, jardines, caminos, arroyos, lagos, estanques, fuentes, un vivero y diversos edificios. Este sitio, por hallarse de tal modo cerrado para los habitan­tes de Madrid, que si algunos han penetrado alguna vez en aquel recinto, gracias a un permiso, para que se ne­cesitaba favor en la corte. Muy contados serán los hijos de la villa que hayan podido recorrer la posesión y adquirir una idea, siquiera sea superficial, de aquella especie de clausura para solaz de los reyes. El caso es, que habien­do muchos madrileños que podrían describir y aun dibu­jar exactamente de memoria todas las posesiones del dominio de la corona en Italia, Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania, solo un número muy reducido han te­nido alguna rara ocasión de formar ligera idea de la Casa de Campo…

Ahora es di­ficilísimo, recorrer cómodamente casi todos los entresijos de la Casa de Campo.

Los caminos: dos de ellos, desde luego, y otro más tarde, están destinados a ser las calles de una población de casas de campo, de ver­daderas y magníficas villas, tan necesarias en Madrid, donde las clases bien acomodadas emigran todos los ve­ranos, con gran perjuicio de la capital, por no encontrarse en ella sitio alguno donde preservarse de los rigores del estío.

Por de pronto, puede dividirse en pequeños solares (que algunos hasta tienen la ventaja de ser desiguales en fondo, aunque no en línea de fachada, y por consiguiente, distintos en precio), el terreno comprendido á la izquier­da de la alameda propuesta, desde la glorieta del palacio al arca de agua. Estas casas, que estarán por su parte pos­terior resguardadas por las tapias de la posesión que dan a la carretera de Extremadura, tendrán su fachada y la alameda de que acabamos de hablar; la vía más amena, más animada, y por tanto la que será más frecuentada para ir de Madrid a Carabanchel.

No estarán peor colocadas las casas que se constru­yan desde más allá de la Faisanera, hasta la alameda de los Robles, dando vista a la mayor parte de la Casa de Campo, teniendo delante los jardines de la Puerta de Castilla, el Hipódromo para carreras de caballos, que debe extenderse hasta el arroyo de Antequina, toda la cañada del rio y la vista general de Madrid, desde la Moncloa inclusive hasta palacio; es decir, el panorama más pintoresco que ofrece la villa; por último, pasado el ar­royo de Antequina, antes de llegar al de la Granjilla, sal­varlo este hasta la puerta del Medianil, desde este sitio hasta el ferrocarril en la parte de la Puerta de Castilla posterior, y desde el ferrocarril hasta el canino paseo de los Robles, en su encuentro con el arroyo de la Granjilla, es decir, en los contornos de la tapia que cierra la posesión desde una puerta de Castilla a la otra, puede disponerse de gran número de solares para casas de cam­po, llamadas a obtener la preferencia de aquellas perso­nas que gusten, más que de la proximidad a Madrid, del silencio, del retiro y del carácter verdaderamente cam­pestre, de fincas que tengan entre ellas y la población toda la Casa de Campo, y que linden con término de Aravaca y del Pardo.

Lo que hemos propuesto abre la Casa de Campo a Madrid, con las puertas del Ángel, del Portón, de la Carpintería, de San Antonio, y la pone en comuni­cación con el paseo de Areneros y la Moncloa por la Puerta de Castilla, con el Pardo por la Puerta del Media­nil y con Aravaca por la de Castilla, cercana a esta en el centro de la población retirada que proponemos, por la cual pasa el ferrocarril del Norte, debe hacerse una es­tación que permita aprovechar determinados trenes, para recorrer en diez minutos el trayecto desde el último punto de la Casa de Campo hasta la estación de Atocha.

Las mejoras de que es susceptible el centro de la po­sesión no son para acometidas por ahora; cuando los so­lares para casas de campo que hemos designado estén to­dos vendidos o a punto de venderse, cuando los nuevos caminos tengan alamedas de árboles, que deben ponerse en la primera estación oportuna, cuando se esté, en fin, en el caso de dar la última mano a la trasformación de la Casa de Campo, los trazados que dejamos señalados mar­can una nueva y vastísima línea de solares para casas de campo, entre la granja-modelo, de que luego hablaremos. y el camino del Pardo a la carretera de Extremadura; te­niendo esto presente para dejar intactos aquellos terrenos, todo lo que por ahora puede hacerse es llenar los que quedan libres de arbolado de todas clases, formando bosques de que tanto necesita Madrid.

Escuela modelo de agricultura, horticultura y ganade­ría.

Quédanos aun gran parte de la Casa de Campo de que disponer. No nos hemos ocupado más que de la oriental, dividida por la alameda de los Robles. Propo­nemos una 500 metros más arriba, es decir, cer­ca de la casa del Batán, para establecer dentro de estos dos linderos que aíslan un terreno de más de un kilóme­tros por medio, con entradas por todas las alamedas que hemos señalado en nuestro proyecto de comunicaciones dentro de la posesión, una granja-modelo, escuela prácti­ca de agricultura, horticultura y ganadería…

PROPUESTA de la I República


El 2 de febrero de 1874 un año después de proclamarse la I República Española el gobierno remite desde Madrid a una sociedad belga los planos de la Casa de Campo con la intención de venderla. La noticia se conoce a través de un periódico belga.
Toda la prensa española al conocer la noticia se hace eco de ella de esta manera:
El 7 de febrero de 1874 se publica en la GACETA INTERNACIONAL de Bruselas, que el 2 de febrero de ese año se han se han remitido de Madrid a aquella capital los planos de la Real Casa de Campo, sitio de El Pardo y algunas otras posesiones que pertenecieron al patrimonio de la corona. La remisión tiene por objeto fundar una sociedad de capitalistas extranjeros que compre todas aquellas heredades. Las miras, añade el diario belga, son a la vez económicas y políticas: económicas, en cuanto a que los fondos que la venta produzca entrarán en el Erario Español y políticas, puesto que se despoja, a la casa real, caso de restablecerse, de lo que constituía su fortuna y vendiéndola a extranjeros se ponen trabas a la readquisición futura.
La GACETA INTERNACIONAL no dice quién ha enviado los planos de las fincas de que se trata.

Peligros del siglo XX

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