
En la reciente excavación realizada en el Palacete de los Vargas en el ala derecha pegado a la moderna fachada sur, apareció un horno de la antigua Casa de Campo de los Vargas.

Este horno por tamaño y ubicación nos indicaba que era para cocinar, salvo que los estudios posteriores demuestren otro uso.

Este tipo de hornos para cocinar no eran lo habitual en la Casa de Campo que Fernando VI amplía a partir de 1725. Son numerosas las escrituras de fincas en las que queda reflejado que en ella había un horno, casi todos para tejas y ladrillos ya que el terreno de la Casa de Campo, como el limítrofe a su valla, es de buena calidad para elaborar teja y ladrillos. Ya sabemos que la Carretera de Extremadura albergaba en sus márgenes numerosos tejares.
Hoy por esos avatares de ciertas construcciones, nos ha llegado
Es fácil para cualquier paseante encontrar restos de ladrillos en la Casa de Campo, pero a pesar de estar tirados como escombro, los ladrillos también tienen su historia y catalogación.
Suministrar ladrillos a la Corona suponía una publicidad que algunas empresas soportaban haciendo grandes descuentos a los monarcas o incluso, como sucedió con la Casa de los Patines que se adornó con los azulejos sevillanos de Rafael Mensaque Rodríguez, que se anunciaba como Proveedor de la Real Casa y de “Sus Altezas Reales los Serenísimos Condes de París”, y como estos eran precisamente los padres de la Reina Maria de las Mercedes; don Antonio María de Orleans, duque de Montpensier y María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón. Mensaque tuvo que regalar los azulejos de esta casa a los duques de Montpensier que a su vez lo regalaron a los Reyes.

Contamos esto porque es sabido que muchos monarcas se valían de esta «publicidad» que se utilizaba en sombreros, bombones, ropa etc. para tener mejores precios o incluso que le regalaran el material.
Concretamente con los hermanos Carretero de Segovia, la monarquía tenía buenas relaciones, de ahí que la Reina regente María Cristina de Habsburgo, aprobara comprar una significativa cantidad de solera en barro cocido de gran calidad para todas las casas de empleados de la Casa de Campo, así como ladrillos y tejas.

La fábrica de don Anselmo Carretero Mateo la Innovadora dedicada a la elaboración de productos cerámicos en general, ladrillo hueco, prensado, baldosa, baldosín, teja plana y común, tubería, adornos y otros materiales muy utilizados en la construcción de entonces.

Había sido fundada en 1876 en Segovia y estaba dotada de máquinas de vapor y de todos los aparatos y mecanismos más avanzados, que posibilitaban una producción diaria de 30 toneladas de cerámica. A su muerte en 1912 fue heredada por su hijo Juan Carretero Vera y los hermanos de Anselmo.

Hoy aún existe esta fábrica en Segovia, aunque no tenga relación con sus anteriores dueños.







